martes, abril 11, 2006

IL CAPO PROVENZANO

Hoy han capturado a Bernardo Provenzano, el capo más importante de Sicilia y jefe de la Cosa Nostra; concretamente lo han capturado en Corleone. Después de 40 años durante los cuales no se supo nada de el, parece ser que Provenzano ha estado escondido en la misma Sicilia, cambiando de casa continuamente y amparado por sus paisanos, los cuales se continúan conduciendo por la omertta o ley del silencio. Se le inculpa de un montón de asesinatos, quizás también el de el juez Falcone, aunque según tengo entendido, el responsable de éste último fue Toto Riina, una auténtica mala bestia a la que ya hace años capturaron. Así que, en vista del éxito, continuamos con El Padrino, pero ésta vez en dulce. En la primera parte de El Padrino, cuando tras el intento de asesinato de D. Vito todo los que componen “la familia” se atrincheran, Clemenza recibe el encargo de “cargarse” a uno de los traidores (Poli). Pues bien, antes de cumplir con el encargo, debe recoger unos cannoli que le ha encargado su mujer. En está primera parte no se ven, pero en la tercera, Connie va a utilizar cannolis envenenados para eliminar a Don Altobello, (como muestra la foto) y ahora sí que se ven y la verdad es que, envenenados o no, tienen muy buena pinta. Aquí os pongo la receta (por cierto, el ricota se encuentra en tarrinas en el Corte Inglés).
Como fondo musical os sugiero Vesti la giubba, que podéis encontrar en el siguiente link y pinchando donde pone el título:
http://www.epdlp.com/opera.php?id=45

CANNOLI DE PALERMO

150 gramos de harina, 20 gramos de azúcar, 15 gramos de cacao en polvo, 20 gramos de mantequilla, un huevo, una cucharada de vino Marsala (es un vino muy dulce).

Para hacer una docena de cannoli (tubo o cañon que va relleno), mezclar todos los ingredientes indicados hasta hacer una masa. Dejar la masa en reposo una hora antes de estirarla y cortarla en cuadraditos de doce centímetros de lado. Utilizando un palo o tubo, darles forma de cañoncitos. Pegar sus puntas mojándolas y juntándolas diagonalmente. Freír en abundante aceite o manteca de cerdo. Apenas estén doradas, retirar con delicadeza y dejar enfriar.
Para el relleno: se prepara una crema mezclando en un vaso de leche con una cucharadita de maicena. Se coagula a fuego bajo. Agregarle 500 gramos de ricotta fresca y 250 de azúcar pasado por tamiz. Una vez lograda una crema finísima, añadirle trocitos de frutas confitadas o en almíbar, chocolate y pistachos picados. Con una cucharadita y paciencia, se rellenan los cannoli y con una espátula se emparejan los bordes.
P.D. Esta receta no la he realizado aún, pues soy bastante remisa a hacer dulces. De todas formas, la voy a hacer y ya os diré.