CASPAR DAVID FRIEDRICH
Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis.
“No despertéis jamás a la serpiente
por miedo a que ella ignore su camino;
dejad que se deslice mientras duerme
sumida en la honda hierba de los prados.
Que ni una abeja la oiga al arrastrarse,
que ni una mosca efímera resurja
de su sueño, acunada en la campánula,
ni las estrellas, cuando se escabulla
silente entre la hierba, escurridiza”.
(P.B. Shelley. 1819).
Uno de mis pintores preferidos es Caspar David Friedrich (1774-1840). Friedrich pertenece a la escuela romántica alemana, que se caracteriza por su subjetivismo, no exento de dramatismo en algunas ocasiones, y originalidad. Los temas que trata son religiosos, exóticos, folclóricos, costumbristas, históricos, populares y orientalizantes. Suele utilizar el contraste de planos y luces, con un sentido simbólico.
Como no se trata de estar copiando lo que pone en otras páginas, aquí os dejo un link sobre Friedrich:
http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/pintores/1974.htm
El romanticismo se originó en Alemania y se extendió al resto de los países; se trata de una reacción al racionalismo de la Ilustración y al Neoclasicismo, y posteriormente dio lugar a diferentes escuelas, como el simbolismo, el decadentismo o el rafaelísmo; ya en el siglo XX el surrealismo es deudor del movimiento romántico.
En cuanto a la filosofía que anima todo este movimiento, sin duda se tiene que considerar a Schelling como su mejor representante.
En muchas ocasiones, en los cuadros de Friedrich aparecen figuras humanas, de espaldas al espectador de la obra, contemplando reverentemente el paisaje que ante ellos se encuentra. No se establece comunicación con el observador. Por un lado con esta actitud se está haciendo una invitación a que ese observador se una a la contemplación de lo que la figura tiene delante de su mirada; por otra, es igualmente una invitación hacia la mirada interior, hacia la introspección y meditación necesarias para poder armonizar, sintonizar con lo que expresa la obra. Se trata de un estado del alma.
Si bien Friedrich fue tachado de panteísta, sin embargo considerar que la naturaleza es un camino que lleva hacia Dios, que nos habla a través de ella o que en ella de alguna forma se manifiesta, no lo es; pues contemplando las estrellas, a través de la belleza del firmamento, también se llega a Dios y sale una oración de gracias por la obra creada. Y lo mismo que se habla del firmamento, se puede señalar cualquier otra cosa de la Creación del Señor.
"El pintor debería pintar no solo lo que se encuentra frente a él, sino también lo que ve en su interior. Si no logra ver nada, debería dejar de pintar lo que se encuentra frente a él".
"Cierra tus ojos corpóreos para poder ver tu cuadro con los ojos del espíritu, y haz surgir a la luz del día lo que has visto en las tinieblas".
“El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona”
“El hombre cuando ama es un sol que todo lo ve y todo lo trasfigura”
(Johann Ch. F. Hölderlin).
Bueno, la receta de hoy es la de la Vichyssoire que tanto gusta a mis hermanos y cuñadas. De nuevo, es de la Escuela Le Cordón Bleu. La fotografía es de Internet; simplemente decir que al contrario que la de la foto, queda completamente blanca, pero me gustó la presentación y como no tengo en mente hacerla de momento, pues está mejor fría y bastante frío hace ya, por eso he recurrido a esta fotografía.
VICHYSSOIRE
Ingredientes (para 4 personas): 30 gr. de mantequilla, 3 puerros en rodajas finas (solo la parte blanca), 1 tallo pequeño de apio, 150 gr. patatas en dados, 1 l. Caldo de pollo, 100 ml de nata líquida.
Se funde la mantequilla a fuego bajo. Se añade el puerro y el apio y se rehoga sin dejar que se dore, removiendo de vez en cuando durante unos 20 minutos (depende, hasta que esté blando). Se incorporan las patatas y el caldo, y se sazona con sal y pimienta negra recién molida. Se lleva todo a ebullición y se deja a fuego lento durante unos 15-20 minutos (hasta que las patatas queden muy blandas). Por tandas, se pasa todo por la batidora y se vierte en un cuenco. Entonces se incorpora la nata líquida removiendo y se comprueba la sazón. Se cubre el recipiente con film y se mete en la nevera (como mínimo 2 horas, pero suele ser más). Servir.
Las calorías por ración son de unas 250 como mucho.