miércoles, junio 22, 2011

LA CIUDAD PROHIBIDA II: LA EMPERATRIZ CIXI

http://www.youtube.com/watch?v=w_eoZEnS3M0



En “El último emperador”, de Bertolucci, cuando Puyi rememora su vida, se muestra como accedió al trono; mediante el nombramiento que hizo la Gran Emperatriz. Bien, aunque apenas aparece en la historia, esta mujer tuvo un papel muy importante en la historia de China, así que creo que no está de más dedicarla un post.


De nombre Yehonala y nacida en 1835, procedía de una familia pobre de Pekín, pero su padre era guardia en la Ciudad Prohibida; contaba con 15 años cuando debido a su belleza, “ingresó” en la Ciudad Prohibida junto con otras muchas jóvenes al objeto de o bien ser elegida como esposa del emperador o en caso contrario, convertirse en una de sus muchas concubinas. La elección de la esposa era un privilegio de la madre del emperador, pero ella no fue escogida, quedando como una simple concubina en el grado más bajo de la escala (el 5º).

La vida de estas mujeres, al menos aparentemente, estaban vacías de sentido; su único fin era esperar a ser llamadas por el emperador, pero algunas de ellas jamás eran llamadas, de tal manera que podían llegar a morir sin haberle visto tan siquiera, y la única manera de ascender en la escala era dando algún hijo al emperador, cosa bastante difícil aunque las llamara ya que tales encuentros sexuales no tenían como fin la reproducción, sino el fortalecimiento de la energía del emperador, por lo que la práctica de éste con las concubinas era el coitus interruptus; estaba obligado a ello, ya que la descendencia solo podía proceder de la emperatriz. De hecho, durante tales encuentros, estaban presentes los eunucos tomando nota de lo acontecido.

Pero cambiaría esto; el eunuco asignado al servicio de Ci Xi la sugirió que podía conseguir que el emperador la llamara (en dos años ni una sola vez había sido reclamada por éste) y ella aceptó su propuesta, así por medio del eunuco, consiguió que el jefe de los eunucos se pusiera de su parte y finalmente tiene éxito.

Después de esa noche, consiguió continuar siendo su amante durante 3 meses más y, lo más importante para sus planes, se quedó embarazada. El 27 de abril de 1856 da a luz un hijo varón, Tongzhi, convirtiéndose tras la emperatriz, en la de mayor rango en la corte, más aún teniendo en cuenta que la emperatriz no había conseguido quedarse embarazada.

Pero el mundo exterior a la Ciudad Prohibida es un caos. Las inundaciones han arruinado las cosechas y el hambre reina por doquier; los levantamientos son sangrientamente reprimidos y mientras, los británicos se concentran en las fronteras del Imperio, teniendo lugar la llamada Guerra del Opio (1840). El emperador, enfermo y cansado, no puede hacerse cargo de los asuntos del estado por lo que cada vez confía más en ella, la cual es la que orienta las decisiones del emperador, como por ejemplo la retención de los embajadores europeos.


Tras un breve período de paz, tiene lugar la Segunda Guerra del Opio (1860); cuando las fuerzas expedicionarias europeas se acercan a Pekin, la corte huye de la Ciudad Prohibida, y aunque ella en un principio se opone, finalmente tiene que abandonar el palacio junto con el resto. Cuando los europeos toman la Ciudad Prohibida, hacen honor a su fama de bárbaros destrozando auténticas joyas artísticas.

El emperador se encuentra ya sin ganas de vivir y próximo a la muerte, por lo que ella intenta acceder a el para que nombre sucesor a su hijo; finalmente le llama, dándole un nuevo nombre: Tongzhi. En 1861, contando con 6 años de edad, sube al trono, pero es su madre la que tiene el poder, y como madre del emperador y a su vez emperatriz, toma el nombre de Ci Xi. Debido a que no era aceptada por los funcionarios de la corte, se alía con el príncipe Khun, el cual es el único que se da cuenta de que todo ha cambiado, así son aceptados los embajadores europeos.


Cuando Tongzhi se convierte en emperador, las cosas no cambian demasiado; es ella la que continúa tomando las decisiones (de hecho, la llamarán “la soberana tras la cortina”). Ella es la que manda siendo el hijo no mucho más que un títere volcado en los placeres: burdeles y opio, pese a que este último está prohibido para los ciudadanos bajo pena de muerte. Su salud no lo aguanta y muere en 1874; aún no tenía 20 años.



Pero la viuda de Tongzhi está embarazada, por lo que Ci Xi se verá en peligro, ya que en caso de que sea varón, la nuera ocuparía el lugar de ella. Así que lo que hace es reunir a los altos dignatarios y dar una especie de golpe de estado, proponiendo como nuevo emperador al hijo de su hermana, al cual lleva a palacio. El niño no tenía más que tres años, pero Guangxu tendrá el mismo destino que su predecesor, ser un títere, y Ci Xi intenta detener el tiempo haciendo caso omiso del desastre que se venía anunciando: ya casi en el S.XX sin embargo parecen estar en la edad media, el sistema legal es bárbaro, las condiciones para la subsistencia, atroces, cualquier adelanto técnico es considerado un invento del demonio…un desastre.


En 1900 se desata la ira del pueblo contra los blancos, a los cuales culpabilizan; es la Guerra de los Boxers. Guangxu teme la reacción de las potencias y niega el apoyo a los bóxers, pero su tía Ci Xi no está de acuerdo con esto, hasta que en una bala llega a palacio por lo que todos huyen de la Ciudad Prohibida. Los europeos saquearon todos los rincones y lo convirtieron en barracones para los soldados.


Dos años mas tarde Ci Xi regresa a la Ciudad Prohibida y en 1908 nombra al hijo del hermano menor de Guangxu, Puyi, sucesor imperial. Guangxu muere el 14 de noviembre de ese mismo año y Ci Xi al día siguiente. El nuevo y último emperador será Puyi.

Bueno, pues la receta de hoy de nuevo es china, y teniendo en cuenta que la emperatriz Ci Xi quería mantener a toda costa la cultura y tradiciones de su país, pues que menos que una receta muy típica de allá, pero muy poco conocida aquí.


ANCAS DE RANA CON SALSA PICANTE.

Ingredientes: 12 pares de ancas de rana, 1 cucharada de guisantes fermentados de buena calidad, 3 dientes de ajo, 1 pimiento verde, 1 guindilla, 4 cucharadas de aceite vegetal, ½ cucharada de vino. A: 1 cucharadita de sal, ½ cucharada de salsa de soja, 1 cucharada de harina de maíz. B: 1 cucharadita de harina de maíz, 2 cucharadas de agua.

En un bol, mezclar las ancas de rana con los ingredientes A y freír todo un momento en aceite hirviendo, sacarlo y escurrirlo.

Lavar el pimiento verde y la guindilla, cortarlos en trozos; saltearlos un momento en el aceite, aderezarlos y sacarlos; aplastar los guisantes fermentados (lavados) y el ajo (pelado) y freírlos en aceite, cuando desprendan un olor agradable, añadir las ancas de rana y mezclar bien; rociar con el vino sin parar de remover con la espátula; añadir el pimiento verde antes de echar los ingredientes B para hacer la salsa. Servir.

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