domingo, julio 03, 2011

BUÑUEL: NAZARIN

http://www.youtube.com/watch?v=z-UeDD_dUbg



“Los tambores de Calanda redoblan sin interrupción, o poco menos, desde el mediodía del Viernes Santo hasta la misma hora del sábado, en conmemoración de las tinieblas que se extendieron sobre la tierra en el instante de la muerte de Cristo, de los terremotos, de las rocas desmoronadas y del velo del templo rasgado de arriba abajo. Es una ceremonia colectiva impresionante, cargada de una extraña emoción…”.

Antes de nada, es necesario hablar de los tambores de Calanda.
Al mediodía del Viernes Santo tiene lugar lo que se conoce como “la rompida” o “romper la hora”. Cuando el reloj del Ayuntamiento da la primera campanada de las doce, cientos de tambores y bombos comienzan a retumbar siguiendo el mismo son.

“Los tambores, fenómeno asombroso, arrollador, cósmico, que roza el inconsciente colectivo, hacen temblar el suelo bajo nuestros pies. Basta poner la mano en la pared de una casa para sentirla vibrar.
La naturaleza sigue el ritmo de los tambores que se prolonga durante toda la noche. Si alguien se duerme arrullado por el fragor de los redobles, se despierta sobresaltado cuando éstos se alejan abandonándolo”.


Basada en la obra homónima de Pérez Galdós, Nazarín es otra de las películas religiosas de Luis Buñuel. Antes de nada, quiero señalar que por extraño que pueda parecer, esta película de Buñuel estuvo a punto de recibir el premio de la Oficina Católica; fue su respuesta la que lo impidió, al declararse ateo. De todas formas, como ya se ha apuntado en otro post, la relación de Buñuel con la religión era ciertamente tormentosa, obsesiva.

La acción se desarrolla en México, durante la dictadura de Porfirio Díaz, sobre 1910. Narra la historia de un joven sacerdote, Nazario, que ejerce la caridad cristiana hasta el extremo, hasta la máxima entrega. Para ello, vive en un entorno frecuentado por prostitutas, truhanes, chulos y ladrones; a todos ellos desea llevarlos al bien, a la virtud. Pero debido a un incidente se ve obligado a emprender viaje como caminante; acompañado de dos mujeres (una maltratada por su amante, y la otra prostituta, peleona, y una miseria de mujer pero de muy buen fondo y a la que oculta de la policía), Nazario llevado por su voluntad de ayudar a los demás, se verá envuelto en distintas situaciones en las que solo encontrará insultos, vejaciones y maltrato como respuesta a su bondad. Esto se va intensificando a lo largo de la película hasta que finalmente, y tras la conversación con un ladrón que en el presidio le ha protegido de los ataques de otros y en la que le señala que “Usted para el lado bueno y yo para el lado malo. Ninguno de los dos servimos para nada “, cae en el abatimiento. Más adelante sonarán los tambores de Calanda, y a partir de ahí…

A partir de ahí, para Buñuel sería el fin de la “ilusión” que vivía el padre Nazario, al igual que lo fue para Viridiana, algo así como la muerte de Dios; de hecho, parece que la intención de Buñuel era la de mostrar la metamorfosis interior que lentamente va sufriendo Nazario, hombre extremadamente bondadoso e inocente, a quien los golpes va transformando, hasta llegar al desengaño. Pero lo que Buñuel desconocía o no entendía era lo que se llama “la noche del alma”.

De nuevo, nos encontramos con un tema fundamental a la hora de entender a Buñuel: la inutilidad de ejercer el bien en un mundo malvado. La concepción que del ser humano tenía el cineasta no podía ser peor, desespera de la condición humana y su capacidad para la bondad. Precisamente por esta razón, considera inútil las buenas acciones, la caridad, el consuelo…El mal reina en el mundo y en los corazones de los hombres, y ante esto, cualquier acción o actitud que se oponga, que intente terminar definitivamente con el mal, está encaminada al fracaso.

Buñuel trata la figura de Nazario con exquisita ternura, con una mezcla entre admiración y tristeza, pues de alguna manera, es una alegoría de la vida de Jesucristo y de los principios del cristianismo, que como ya he señalado, el considera que son inútiles, ingenuos e insuficientes y que necesariamente acaban llevando, a quien intenta practicarlo, a la decepción y desengaño.

http://www.youtube.com/watch?v=Suh0PUYFYCc



Como ya he señalado antes, la película termina cuando Nazario comienza su “noche oscura”, la cual viene anunciada por los redobles de los tambores, que debemos recordar simbolizan la muerte de Cristo y que en Nazario sería el fin de la “ilusión”. Pero si existe algo muy común en la vida de los santos, son las grandes crisis de fe en las que parece que Dios se oculta; esto, lejos de suponer el fin definitivo de una “ilusión”, supone acompañar a Cristo en sus momentos más duros, que viene dado en la exclamación en la Cruz “Padre por qué me has abandonado”, siendo un reflejo de las sequías espirituales de los seres humanos. Incluso el mismo San Pedro llegó a dudar o a renegar de Cristo. Pero en ninguno de los casos eso significa dejar de creer, aunque la oscuridad se haga tremendamente densa.

El padre Nazario llega a ese estado debido al poder del mal, que se enseñorea de los corazones de los hombres, y tras escuchar al ladrón que le señala la inutilidad de todo. A mi juicio es precisamente la constatación de ese hecho, el poder del mal, lo que lleva a esa situación y si algo se tiene que tener claro es que en este mundo la lucha contra el, contra el mal, se paga. No es extraño, para nada, lo que nos relata Buñuel; por eso el cristiano realmente lo es cuando sigue verdaderamente a Cristo, hasta las últimas consecuencias.

Tengo que agradecer mucho a un buen amigo el libro que me recomendó de la Madre Teresa de Calcuta: “Ven, sé mi luz” (muchas gracias, Luis) . Yo, a mi vez, también lo quiero recomendar a todos, ya que da claves muy importantes.

Sin duda la película toca muchos otros temas, como por ejemplo la crítica a la jerarquía de la Iglesia, el trato que da Nazario a las mujeres, siendo casi el único entre los retratos masculinos, que las trata como personas, no como objetos, la superstición (que el mismo Nazario no aprueba), la oposición (falsa) entre amor humano y amor a Dios, etc…Lo cierto es que el desarrollo de todos los temas daría para mucho más.

Pero si nos ceñimos estrictamente a la película, a lo que vemos y nos olvidamos de lo que pensara o no Buñuel, nos encontramos con una obra profundamente religiosa y totalmente en consonancia con lo que es el cristianismo. De nuevo hemos de tener en cuenta que artista y obra de arte, tienen existencias separadas, constituyéndose esta última en algo autónomo respecto a su creador, y esta obra es de una profundidad y riqueza pocas veces conseguidas.

Y aquí está la película; recomiendo verla, sin prejuicios respecto a su creador.

http://www.youtube.com/watch?v=Cxm_6zOgaxc



http://www.youtube.com/watch?v=uDDDmUzxnyE



http://www.youtube.com/watch?v=3n7ZAjGPzTE



http://www.youtube.com/watch?v=nZVu8_3vU0I



http://www.youtube.com/watch?v=UbfrVdUO-20



http://www.youtube.com/watch?v=B1OvNpfknRI



http://www.youtube.com/watch?v=eoa56npTixw



http://www.youtube.com/watch?v=PPESaLeDfgU



http://www.youtube.com/watch?v=A9kdkgLdGQM



http://www.youtube.com/watch?v=mZd8ggVs7B4




Bueno, pues la receta de hoy es típica de la gastronomía aragonesa, y más en concreto de Teruel.



MAGRAS CON TOMATE.

Ingredientes (para 4 personas): 8 lonchas mas bien gruesas de jamón de Teruel, salsa de tomate casera, 1 cucharadita de azúcar, 8 rebanadas de pan tostado, 1 copita de vinagre, aceite de oliva, 1 diente de ajo.

Lo primero que se hace es dejar las lonchas de jamón en leche durante al menos una hora para que ablande (aunque el jamón debe estar mas bien tierno; es decir, no muy curado) y saque la sal. Una vez pasado este tiempo, se sacan, se secan y se hacen vuelta y vuelta en una sartén con muy poco aceite en el que antes hemos frito un diente ajo. Se retira, y en el aceite que queda junto con la grasilla que ha soltado el jamón se añade el azúcar y el vinagre; se deja reducir. Mientras, hemos calentado la salsa de tomate casera y en ella hemos introducido las lonchas de jamón, que se calienta también a fuego muy suave, durante unos momentos.

En una fuente, ponemos como base la salsa de tomate, encima las rebanadas de pan tostado, sobre ellas las lonchas de jamón y se riega con la mezcla que hemos realizado de azúcar y vinagre. Servir.


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