lunes, marzo 19, 2012

YO, CRISTINA F.

 
 
 
 
 
 
 



Hace mucho años que vi por vez primera la película “Yo, Cristina F.”; recientemente la he vuelto a ver. En su momento me impresionó muchísimo, tanto como para no querer saber nada del mundo de las drogas, cumpliendo así la película, tanto conmigo como con otros muchos adolescentes de aquél entonces, su misión.

Su visionado, junto con el conocimiento de algunos casos entre jóvenes de mi entorno que eran algo mayores que yo, hicieron que asociara el consumo de estupefacientes con el horror (por cierto, que debo señalar que lo mismo me pasó con la película “Días de vino y rosas” respecto al alcohol). Y de hecho, entre esos conocidos muchos acabaron muriendo, después de pasar ellos y hacer pasar a sus familias por un auténtico infierno.

No leí el libro en aquél entonces y creo que hice bien, ya que es posible que lo hubiera asociado a determinados ambientes que no eran los míos, como por ejemplo las familias rotas, aunque le observación y el conocimiento de casos relativamente cercanos me permitiera ver que eso estaba ocurriendo en todas las clases sociales y en familias perfectamente normales. También debo señalar que a mí me tocó vivir el tramo final del consumo masivo de heroína y que a mi generación la tocó la cocaína (en el tema de las drogas, las generaciones son muy cortas).

Lo he leído ahora, y debo señalar que no tiene desperdicio; de carácter autobiográfico, la protagonista relata desde sus primeros pasos en el mundo de las drogas –con tan solo 12 años- hasta su total perdición en ese abismo. Es una obra muy cruda que no omite nada, pero que precisamente por su realismo se convierte en un instrumento preventivo para los adolescentes muy útil. A la objeción de que se centra en la heroína, droga cuyo consumo descendió muchísimo debido, entre otras cosas, tanto a las intensas campañas gubernamentales como a la aparición del SIDA, se deben señalar dos cosas:

1º.- La heroína es el trayecto final de una cadena, un camino que se inicia con las llamadas drogas blandas, en concreto con el típico porro o canuto; donde se dice heroína, sustitúyase por crack, cristal o cualquiera de las otras de hoy en día.

2º.- A consecuencia de la crisis, y debido a que es muy asequible económicamente, el consumo de heroína está comenzando a aumentar. De hecho, “Proyecto Hombre” ya ha dado la voz de alarma:


Ciertamente que el aumento ha sido en todas, según señalan las noticias, pero según los especialistas, la heroína es la peor. Aquí os dejo este link de la Wiki:


http://www.youtube.com/watch?v=mG6sXLQwlJU



Volviendo a la historia, el nombre real de la protagonista es Christiane Vera Felscherinow. Nació el 20 de mayo de 1962 en Hamburgo. En 1968 se traslada a vivir a Berlín junto con sus padres y su hermana menor. Tras un par de traslados, finalmente se instala con su madre en el barrio de Groppinsstadt; aquí es donde comenzará su andadura por el mundo de las drogas.

Debe señalarse que el entorno familiar era realmente negativo; el padre las maltrataba frecuentemente, sobre todo cuando estaba bebido. Pasó bastante tiempo sin trabajo y toda su atención y cuidado lo dedicaba a su coche, un Porsche del que estaba muy orgulloso. La madre de Christiane, tras una de las habituales palizas, acabó pidiendo el divorcio y se quedó sola con las dos niñas, aunque finalmente la menor se fue a vivir con el padre.

La madre de Christiane dedicaba todo su tiempo al trabajo, y los de ocio, a un novio que vivía con ellas; por otra parte, optó por una educación liberal y permisiva para su hija y, todo se tiene que decir, pese a la opinión de su compañero. Ciertamente la cría estaba desatendida.

Así en 1974, a la edad de 12 años, comienza a fumar Cannabis y a consumir medicamentos como Valium, Mandrix y también LSD. A los 13 años, en 1975, comienza a frecuentar por la noche una discoteca de moda, el Sound, donde conoce a Detlef (que se convertiría en su novio), a Axel, Babsi, Atze, Zombie y Stella entre otros. La cría engañaba a su madre diciéndola que se quedaba a dormir en casa de una compañera para estudiar, y la verdad es que la madre se lo quiso creer.

Tras asistir a un concierto de David Bowie, Christiane comienza a consumir heroína por vez primera mediante inhalación. En ese momento la heroína era una droga nueva que acabó convirtiéndose en muy poco tiempo, en un auténtico problema sanitario ya que además apenas existían tratamientos, plazas para ingresar a los drogodependientes y nada de nada para los más jóvenes, ya que todo estaba pensado para los adultos.



Poco tiempo después, Christiane se inyecta por primera vez en los servicios públicos de la Estación Berlín Zoologischer Garten; a partir de este momento comienza su bajada al más profundo abismo. A los 14 se comienza a prostituir, igual que sus amigos, para conseguir el dinero necesario para sus dosis, que acabaron siendo tres diarias. En 1977 fue detenida y acusada de tráfico y consumo de drogas.

A raíz de su juicio en 1978, los periodistas Kai Hermann y Horst Hieck la propusieron una entrevista que acabó durando varios meses y que se convirtió en un libro.

La mayoría de los amigos de Christiane murieron; de hecho Babsi se convirtió en la víctima de la heroína más joven de Alemania, con tan solo 14 años. Andreas W. (Atze) que murió con 17 años, antes dejó una carta para los jóvenes alertando sobre el peligro de la droga y que reproduzco a continuación:

“Quiero poner fin a mi vida porque un drogadicto no hace más que llevar tristeza, preocupaciones, amargura y desesperación a sus parientes y amigos. No sólo se destroza a sí mismo sino también a los otros. Les doy las gracias a mis queridos padres y a mi abuelita. Corporalmente soy un cero a la izquierda. Ser drogadicto es la mayor de las porquerías. Pero, ¿quién arrastra a su desgracia a esa gente que viene al mundo llena de juventud y de vitalidad?. Esta carta debe ser un aviso, un toque de atención para todos aquellos que se encuentren en la disyuntiva: ¿Qué, lo pruebo una vez?. Estúpidos, fijaos en mí. Adiós, Simone, ya te has librado de todas tus preocupaciones”. (p. 214).

Simone era la novia de Atze, estudiante de enfermería que intentó ayudarle por todos los medios; tras el suicidio de Atze, se comenzó a pinchar.

Pero, ¿qué ocurrió con Christiane tras la publicación del libro?. Pasó un tiempo “limpia”, pero en 1983 la policía la detuvo en el piso de un traficante en Berlín y en una entrevista a la revista Stern confesó que nunca había dejado del todo la heroína. A los 45 años aún estaba intentando dejar la droga (ya en el libro se nos narran sus repetidos intentos de dejarla, pero volvía a recaer). Tiene un hijo, Jan Niklas, y a los 46 años vuelve al consumo de heroína durante un tiempo. En el 2008 decide emigrar a Holanda junto con su hijo y su novio; tras enterarse la policía, las autoridades se quedan con la custodia del niño. Lo secuestra y se lo lleva a Amsterdam, donde vuelve de nuevo a la heroína. Tras volver a Alemania a finales del 2008, la retiran temporalmente la custodia de su hijo. Actualmente parece ser que ya la ha recuperado; ha publicado fotos de los amigos de aquella época y algún dibujo de Babsi.

Os recomiendo vivamente el siguiente link, es muy, muy bueno, lo mejor que he visto:

Otro más reciente y también de excelente calidad:
http://medicinaycine.blogspot.com.es/2014/02/yo-cristina-f.html
 
Antes se podía leer el libro en Internet, y de hecho aquí mismo había un link, pero la página ha desaparecido y me ha sido imposible encontrar nada. Es más, tampoco he visto que sea posible comprarlo a un precio asequible (no se ha reeditado), ya que por lo visto, es de coleccionista y lo que piden es una locura (hasta 125€ he visto). Yo he utilizado el editado por Círculo de Lectores, pero lo saqué en préstamo de la Biblioteca Pública de mi ciudad (en 15 días da tiempo de sobra para leerlo y releerlo). Si alguien está interesado, le aconsejo que si puede, haga lo mismo (es que además, no queda otra).

11/10/2012.- ACTUALIZACION.

He encontrado la película en el Tube. Aquí al dejo:


http://www.youtube.com/watch?v=YFaSDNEnhnU
La recomiendo vivamente, sobre todo a la gente joven. No se engañen, esta es la realidad, la pura realidad de las drogas.
 

Bueno, pues la receta de hoy es típica de Alemania. Sencilla y muy buena.



POLLO CON CERVEZA A LA ALEMANA.

Ingredientes (para 4 personas): 1,500 Kg. de pollo en trozos, 2 zanahorias, 1 cebolla grande (mejor si es de las moradas), 1 rama de apio, 1 diente de ajo, 500 grs. de champiñones, 500 ml. de cerveza, ½ vaso de vino blanco (mejor si es Riesling), un puñado de almendras tostadas, laurel, tomillo, harina, aceite y sal.

Se sala el pollo y se reboza en harina. Se fríe en una cazuela con aceite a fuego fuerte sin que se queme pero que quede dorado por todas partes. Se retira, y en el mismo aceite se rehogan el ajo, la cebolla, el apio y la zanahoria contado todo ello en juliana junto con el laurel y el tomillo. Cuando la verdura esté blanda, se vierte la cerveza y el vino, se deja unos cinco o diez minutos hirviendo y entonces se agregan los champiñones y las almendras tostadas. A continuación se incorpora el pollo y se deja cocer a fuego lento hasta que esté tierno (unos tres cuartos de hora).

Nota.- Si se desea, se puede pasar la salsa por el batidor con las almendras y demás, sacando antes los champiñones. Se suele acompañar con patatas fritas, laminadas y salteadas con mantequilla o puré de patatas. Yo lo pongo con patatas fritas y los champiñones.

La receta está sacada de “Cocinas del Mundo. Alemania”. Biblioteca Metrópoli.


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