martes, octubre 05, 2010

LA RELIGIOSIDAD DE LOS CROW

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http://www.youtube.com/watch?v=Zc_g-sgz8hY




Este post es continuación de:



No resulta sencillo encontrar en español información sobre los indios Crow, afortunadamente el tema es tratado, entre otras religiones, en la obra que a continuación señalo. Lo que vienen posteriormente es un resumen de la misma.
Robert H. Lowie; “Religiones primitivas”. Ed. Alianza. Madrid 1976.


El autor señala en el prólogo lo siguiente: “he tratado la experiencia mística como un dato de la realidad objetiva; pero puesto que por definición es inefable, una larga discursión sobre el tema constituiría un esfuerzo inútil. Los relatos de los indios Crow sobre su “emoción” revelan mucho más que cualquier elucubración…Todo cuanto puede decirse de tales experiencias queda resumido en la afirmación de que son incomunicables. En el famoso libro de Otto “Lo Sagrado”, se repite incansablemente este hecho fundamental”.

“El presente tratado está dedicado, por lo tanto, al examen de aquellos fenómenos culturales de las sociedades más simples que giran alrededor del sentido del misterio o de lo sobrenatural, o que están de algún modo conectados con él”. Los indios Crow del este de Montana ejemplifican una concepción particular de lo Extraordinario, una concepción típica de muchísimos aborígenes norteamericanos.


LA VISIÓN.

Las diferencias de estatus en la sociedad crow no vienen dadas por la herencia, sino por sus hazañas como guerreros. Así cuando se celebraba la gran fiesta del Sol, los “bravos” eran obsequiados con el manjar más delicado: lengua de búfalo. Y es que para llegar a ser grande, para poder llegar a estar seguro del éxito en las situaciones difíciles de la vida, es necesario merecer la bendición de algún poder sobrenatural. Algunos pocos tenían la suerte de ser visitados sin esfuerzo, pero la mayoría tenía que ganarse la visión por medio del sufrimiento y el esfuerzo, mediante privaciones tenían que mortificar sus carnes y despertar de esa manera la compasión de los poderes sobrenaturales. Así, el aspirante se encaminaba a un lugar solitario, preferentemente la cumbre de una montaña y desnudo, excepto un taparrabos y un manto de piel de búfalo, se abstenía de comer y beber durante 4 días o más gimiendo e invocando a los espíritus. Se practicaba algún tipo de tortura corporal o desfiguración ( cortarse una falange de un dedo, por ejemplo) como ofrenda a los dioses. Por lo general se invocaba al Sol; ésta es una plegaria típica:

“¡Hola, Anciano, soy pobre!. ¡Tú que me ves, dame algún bien!. ¡Dame larga vida; haz que pueda tener un caballo, que me apodere de un arma de fuego, que venza a mi enemigo!. ¡Que llegue a ser un jefe, que tenga muchas cosas!”.

A veces se le aparecían mensajeros del Sol bajo figura humana, y el suplicante era adoptado por el visitante el cual da al primero ciertas instrucciones. La índole de la visión podía determinar por completo la carrera de una persona. A algunos sueños se les concedía un valor similar al de las visiones, por lo visto por la profunda impresión que causaban. La visión o sueño tiene que demostrar que es verdad en la realidad.


CLASE SACERDOTAL Y LAICADO

No existe casta sacerdotal, cualquiera puede llegar a ser chamán. Lo que existe es un número amplio de gente que tiene experiencias visionarias y su más o menos dignidad dependía de la comprobación práctica de su eficacia. Por otra parte, tenían funciones claramente delimitadas por la índole de sus visiones. No existe un conjunto de dogmas admitidos universalmente ni organización eclesiástica alguna que dictase leyes para guía de la conciencia religiosa. Cuando se necesitaba algo especial, se contrataba al chamán especializado en eso. Pero la relación entre un chamán y su cliente no era puramente social. En muchos casos se daba una trasferencia de poder del visionario original al hombre que le pedía ayuda. Una revelación podía ser compartida siempre que se ofreciera una compensación adecuada, así una considerable cantidad de personas no favorecidas con un mensaje directo de los espíritus podían al menos compartir sus beneficios por medio de un mediador; y éste le enseñaba que tenía que llevar y qué canciones cantar. Si la cosa salía bien, se establecía una relación sentimental entre uno y otro, haciendo al primero “hijo” suyo, y de ésta manera se le facultaba para recibir una visión propia después de recibir un símbolo sagrado de la revelación primaria. Este símbolo podía convertirse en estímulo para nuevas visiones; es decir, se “compraba” la participación en una visión o unos rituales.

Los chamanes no eran representantes oficiales de la religión para el bien de toda la comunidad, sino visionarios con pequeños grupos de seguidores y formaban diminutas unidades congregacionales independientes los unos de los otros, aunque unidos por una común y no formulada concepción del mundo. Evidentemente, surgían animosidades y contiendas siendo, en última instancia, los admonitores sobrenaturales los que se enfrentaban.


SERES SOBRENATURALES

El indio crow se acerca al universo con sincera humildad, que contrasta grandemente con su orgullo ante sus compañeros de tribu. Da muestras de ese sentido de absoluta dependencia respecto de algo que no es él mismo y de cuya buena voluntad depende su fortuna.
Lo importante era que durante un rapto extático había entrado en contacto con algo sobrenatural, y que ere algo era su dios, mientras que todo lo demás quedaba relativamente subordinado. La sensación emotiva de su visión, reforzado por su probado poder, daba a la aparición un valor singular al lado del cual todo se desvanecía en la nada y así los objetos asociados participaban del temor reverencial. Para el indio, el objeto material no es nada al margen de sus asociaciones sagradas; y la sacralidad descansa no en la gloria preestablecida del espíritu particular, sino en las connotaciones afectivas de la visión. Son un símbolo de su pacto con el mundo sobrenatural.

El hecho central de la religiosidad crow no es un culto genérico a la naturaleza o a una dominante fuerza natural, sino la experiencia emocional y sumamente subjetiva con todas sus ramificaciones. Aunque el Sol era objeto en grado muy elevado de ofrendas y súplicas; antes de emprender una expedición los hombres se inclinaban ante él para ofrecerle plumas de águilas o pieles de zorro; la piel de un búfalo blanco era invariablemente consagrada al Sol con una oración en la que se pedía longevidad y salud. El Sol era el primero a quien normalmente se dirigía el que aspiraba a tener una visión. Y lo que normalmente se aparecían eran animales; era el Sol el que se acercaba más a nuestra idea de Ser Supremo, pero no como pensamos, pues junto al Sol está Viejo-Coyote, el héroe de la tradición crow. Además el Sol podía ser vencido por el Lucero del Alba o por un héroe humano. Y aunque aparezca como creador no lo es de todos.


EL RITUAL.

Existían muchas observancias ritualistas tanto a nivel privado como complicados festivales públicos. Entre ellos a destacar los siguientes:

La Cabaña-Sauna. Era considerado algo sagrado y el pequeño recinto de madera de sauce en forma de cúpula solo podía ser erigido por alguien que hubiera tenido una revelación al respecto. Dado que el número cuatro era el número ceremonial, era costumbre pasar por la cabaña 4 veces consecutivas.

Rito del Tabaco. Aquí todo el procedimiento está dominado por el concepto de visión y se cultiva con propósitos puramente religiosos.


La Danza del Sol. Los Crow llevaban a cabo esta fiesta aparentemente por un motivo determinado, el deseo de venganza y lo que se buscaba no era otra cosa que el requisito previo indispensable para una expedición militar venturosa, una visión. Eso se podía conseguir con más posibilidades de éxito si se erigía la cabaña para la Danza del Sol con ayuda de toda la tribu y bailando ante un muñeco sagrado hasta que se veía la imagen del enemigo sangrando; en el momento en que tenía lugar tal visión, el ritual terminaba bruscamente. A la vez, los jóvenes ayunan y se torturan con el fin de conseguir su propia visión.

Por supuesto todo esto no es más que una breve aproximación. Un enlace que recomiendo, además para descargar, y que es sobre la religiosidad de los indios norteamericanos en general es el siguiente:


La receta he hoy aprovecha la carne de caza que por la razón que sea no es apropiada para consumir en pieza, así se puede poner con pasta, servir de relleno para unas patatas o cualquier otra preparación que se nos ocurra.


PICADILLO DE REBECO EN BOLOÑESA

Ingredientes: 200 gr. de carne muy picada, 200 gr. de tomates maduros pelados (también pueden ser de lata), 1 cucharada de perejil picado, 1 diente de ajo picado, 1 ramita de apio picada, 1 cuarto de cebolla picada, ½ zanahoria picada, 150 gr. setas, 6 cucharadas de vino tinto, 2 cucharadas de aceite, sal, pimienta y nuez moscada.

En una cazuela con el aceite se sofríe la cebolla, y cuando esté trasparente se añade el ajo, el apio y la zanahoria. Cuando ya esté todo rehogado, se añaden las setas en pedacitos y la carne. Se dora a fuego vivo, sin dejar de remover con una cuchara de palo, y cuando se note que la carne comienza a pegarse, se echa el vino. Se deja cocer hasta que se evapore y se incorporan los tomates y el perejil; se sazona con sal, pimienta y nuez moscada y se deja cocer sin tapar, a fuego moderado hasta que la salsa espese, como unos 25 minutos. Si la salsa quedara un poco densa, se añade unas cucharadas de agua caliente o mejor caldo de carne.