viernes, septiembre 01, 2006

LOS HIJOS DE LA TIERRA

http://www.youtube.com/watch?v=yOKbwa_xtxo


Montaje con escenas de "El Clan del Oso Cavernario".


 

Una de las series de novelas que más me han gustado, es la que se refiere a “Los hijos de la Tierra”, de Jean M. Auel; ya sabéis, “El Clan del osos cavernario” y demás. En ellas, la autora tomando como base los datos de la arqueología, realiza una magnífica “descripción” (no exenta de errores, por ejemplo la domesticación del caballo), de aquellos tiempos en los que Neandertales y Cro-Magnon parece ser que convivían.

Comienza la historia con la niña Ayla, que tras perder a sus padres en un terremoto, es adoptada por una mujer del “Clan” (Neandertales); de ésta manera, la autora nos introduce en un mundo en el que tanto el poder curativo de las plantas, pasando por la talla de instrumentos, curtido de pieles, técnicas de caza, hasta llegar a la figura del chamán y el “mundo de los espíritus”, es fundamental para la supervivencia. ¿Sabias que la raíz de la planta llamada “Diente de león”, si se deja secar y se pulveriza después, es un buen sustituto de la achicoria?, ¿o que tanto las hojas tiernas de esa planta, como el trébol son comestibles?. Pues cosas así son las que se aprenden.

Parece ser que en aquellos tiempos, podría haberse dado culto a la Madre Tierra-Diosa de la fertilidad; eso es lo que muchos piensan debido a la gran cantidad de estatuillas femeninas encontradas y que datan de esa época. Estas figuras cuentan con unos rasgos sexuales exagerados, como queriendo poner de relieve aquello que se relaciona directamente con la procreación, con el dar vida. Por otra parte, carecen de rostro, y otros elementos del cuerpo si no quedan olvidados, poco le falta.

De todas formas, es del todo lógico pensar que, debido a la carencia de conocimientos en cuanto a como se origina la vida, los antiguos otorgasen a la mujer y hembras en general, el “poder” o capacidad de engendrar vida por sí mismas sin ninguna necesidad del varón o del macho. Ciertamente, cuando se conoció el papel del varón o macho, los papeles se invirtieron y a las mujeres o hembras únicamente se las consideró como recipientes pasivos y “paridoras”. Y es que el descubrimiento del óvulo es de hace muy poco tiempo.

Esperemos que la ciencia nos ayude a superar las “monsergas” del patriarcado o del matriarcado, pues ya va siendo hora de considerar que lo que importa es la persona, el ser humano que, desde luego, va más allá del sexo al que pertenece.

La receta que pongo, creo que es la adecuada al tema, ya que el consumo de verduras y demás, era más frecuente, por aquellos tiempos, que el consumo de carne. Espero que os guste.



MENESTRA DE VERDURAS A LA LEONESA

Ingredientes: 4 patatas medianas, 1/4 de kilo de guisantes, 1/4 de kilo de judías verdes, 1/2 cebolla mediana, 100 gramos de carne de ternera, 1/2 chorizo, unas tiras finas de jamón serrano, 1 pimiento rojo, 1 diente de ajo, 1 rama de perejil, pimentón, aceite, sal.


Partimos las patatas, los guisantes y las judías en trozos pequeños y cocemos cada uno de estos ingredientes por separado. Cuando estén tiernos, escurrimos el caldo de la cocción, reservando una taza. En una sartén grande ponemos aceite que cubra abundantemente el fondo y rehogamos la cebolla y el pimiento durante 8 o 10 minutos, partidos también en trozos pequeños. Antes de que se doren añadimos las verduras que hemos cocido y rehogamos todo durante 5 minutos.

Machacamos el ajo y el perejil, añadiendo una cucharadita de pimentón y lo agregamos a la sartén. Vertemos caldo de la cocción de las verduras, el suficiente para que quede jugoso pero no caldoso. Dejamos que se rehogue 5 minutos.

Picamos la carne y el chorizo en trozos muy pequeños y lo echamos con las verduras junto con las tiras del jamón, dejando rehogar otros 5 minutos.

Cuando sirvamos la menestra, en una fuente, la adornamos con perejil picado

Nota.- Estas verduras se pueden sustituir por las que se quieran.