viernes, noviembre 02, 2007

NOCHE DE DIFUNTOS


Golpes Bajos: “A Santa Compaña”.


 https://www.youtube.com/watch?v=NEKF08t3mW4

 
“Tocata y fuga BWV 565” (1708), de J. S. Bach.


 



El año pasado os hable de Halloween; pues bueno, éste año toca algo tan autóctono como es la Noche de Difuntos. En realidad éste post podría ser una continuación del anterior, con la salvedad que ésta noche tan particular, no se puede salir de casa, pues las almas, espíritus, fantasmas y demás andan sueltos por ahí, según cuentan la tradición y las distintas leyendas; así que la gente se quedaba en casa y contaba historias de terror, además de encender unas velas para que las ánimas del purgatorio encontrasen el camino; cuando las velas se consumían, significaba que las ánimas finalmente habían alcanzado la luz.
Sin duda alguna la más famosa es la de Bécquer. “El monte de las ánimas”. Pinchando en el siguiente link la podréis leer:


http://ciudadseva.com/texto/el-monte-de-las-animas/

 
También es o más bien era típico durante ésta noche, asistir a la representación de Don Juan Tenorio, de José Zorrilla. En el siguiente link la encontraréis:

http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12582403448990622865513/p0000001.htm

 




De todas formas, en una noche como es la de difuntos, no se puede dejar de mencionar a la Santa Compaña. Procedente de la tradición gallega y asturiana, la Santa Compaña es una procesión de ánimas en pena que, a partir de las 12 de la noche andan por ahí y cuya misión es visitar las casas en las que próximamente habrá algún difunto. Os recomiendo vivamente el siguiente link; aquí podréis saber mucho más, y de verdad que es estupendo:

http://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Compa%C3%B1a

 
La gastronomía típica de éstas fiestas son los buñuelos de viento, los huesos de santo y los panellets (típicos de Cataluña). Yo os voy a dar la receta de los primeros y, además os diré que el relleno puede ser tanto dulce como salado, aunque lo propio es que sea dulce: crema, nata o chocolate.




BUÑUELOS DE VIENTO. (Foto casera. Pinchar para ampliar).

Ingredientes: 200 gr. harina, 50 gr. mantequilla, 4 ó 5 huevos según tamaño, ½ litro de leche, un poco de sal, un vaso (de los de vino) de agua, ½ corteza de limón rallada, mucho aceite para freír, azúcar glas o normal (según gustos), canela en polvo (opcional).

Se echan en un cazo el agua, la leche, la sal, la mantequilla y la corteza de limón rallada y se pone a cocer a fuego vivo. Cuando ya esté hirviendo a borbotón, se echa la harina de un golpe y se separa el cazo del fuego; se da vueltas a todo con una cuchara de madera hasta que quede fino y vuelve a cocer a fuego bajo, moviéndolo sin parar que la harina no se agarre, hasta que recogiéndose como una bola, se despegue de las paredes del cazo. (Cuanto más seca quede la masa, más ligeros y huecos serán los buñuelos).
Se retira del fuego y, sin tocarlo, se espera a que se enfríe un poco.

Se baten ligeramente cuatro huevos y se van añadiendo a la masa en tres o cuatro veces, batiéndola sin parar (yo lo hice con el batidor); cuanto más batido esté mejores serán los buñuelos. Después de bien batido se deja reposar de 1 y ½ a 2 horas.

Se pone mucho aceite en una sartén y cuando ya está caliente, pero no mucho (cuando el buñuelo revienta es que está demasiado caliente –la temperatura adecuada es de moderada un poco baja-), se coge un poco de la masa con una cuchara y se la empuja con el dedo haciéndola caer en la sartén. Otra manera es llenar una manga pastelera e ir cortando con la tijera a medida que se echa (así lo hago yo). Se deja hasta que se doren. Se espolvorean con azúcar, canela o vainilla. Y, si se desea se pueden rellenar de crema pastelera o nata montada.