EL FUEGO
Música. De Mussorgsky, “Una noche en el monte pelado” (1867). Pinchar aquí:
http://www.epdlp.com/compclasico.php?id=1068
La imagen que encabeza el post pertenece a Goya y lleva por título “Aquelarre” (1797-1798). El resto también son de Goya: el grabado "Brujas volando en escoba", el óleo "El Aquelarre" (1821) que pertenece a la serie de las pinturas negras y, por último, otro grabado llamado "Allá va eso".
Lo queramos o no, la primera imagen que se nos viene a la cabeza cuando se habla del fuego como símbolo, es la del “Infierno”. Y claro, de aquí a los demonios y de los demonios a las brujas, no hay más que un paso. Así que he decidido dedicar este post a tan ilustres y trágicas damas.
Los hechos que motivaron el proceso de la secta demoníaca de los brujos de Zugarramurdi, mundialmente más conocido por «el proceso de las brujas de Zugarramurdi», fue el siguiente...
Las actuaciones darán comienzo como consecuencia de la denuncia de una joven... «y es que una bruja (cuyo nombre no se declaró más que era de nacionalidad francesa y se había criado en Zugarramurdi), habiendo vuelto a Francia con su padre, una mujer francesa, la persuadió a que fuere con ella a un campo donde se holgaría mucho, industriándola en lo demás que había de hacer, y dándole noticias de cómo había de renegar, y habiéndola convencido la llevó al aquelarre, y puesta de rodillas en presencia del demonio y de otros muchos brujos que la tenían rodeada, renegó de Dios, y no se pudo acabar con ella que renegase de la Virgen María su Madre, aunque renegó de las demás cosas, y recibió por dios y señor al demonio. ..que en año y medio que fue bruja, hizo todas las cosas que hacían los demás brujos, siempre andaba con recelo de parecerle que no podía ser dios aquel demonio...». Cayó enferma y arrepentida «propuso de se confesar luego que pudiese ir a otro lugar que estaba de allí media leguá..Y habiendo cumplido el sacerdote la dio muchos y buenos consejos, y la consoló y animó, mandándola que muy de ordinario nombrase el nombre de Jesús...». Arrepentida delatará a los brujos que había conocido...
Y resultarán inculpadas numerosas personas y entre ellas, como figuras principales de la alucinante historia: Miguel de Goyburu, «rey de los Brujos», su esposa Graciana de Barrenechea, «bruja y reina del aquelarre» y sus hijas. Otros personajes importantes del proceso serán Martín Vizcar; Juan de Echalar, brujo y ejecutor de las penas impuestas por el demonio; María de Echaleco, bruja; María de Yurreteguía tendrá una activa intervención en la inquietante historia, con las brujas María Chipia, vieja tullida y maestra de novicios, y de María de Zozoya, que morirá en la hoguera.
Pasados unos cuantos años, uno de los miembros inquisidores, Don Alonso de Salazar y Frías, inició una nueva investigación de los hechos. Recorrió concienzudamente las aldeas de la comarca navarra recogiendo multitud de testimonios y demostró que muchos de los sucesos narrados durante el proceso inquisitorial habían sido fabulados. Un gran número de las experiencias contadas por las brujas eran solamente producto de la imaginación, debido seguramente al miedo y a las diferentes pócimas a base de plantas alucinógenas que se consumían en los aquelarres. Cuando se dieron a conocer estas informaciones se comprobó que muchas de estas confesiones se realizaron bajo torturas y terroríficas amenazas.
Los “estudioso románticos” lo explican diciendo que la inmensa mayoría de los cultos que se practicaban en estas tierras estaban estrechamente relacionados con tradiciones de la teogonía vasca. Los lugareños eran tradicionalmente adoradores del Sol y de las fuerzas de la Naturaleza, representándose en la diosa Mari. De la misma forma se daba culto a Aker, encarnado en un macho cabrío, que representaba la virilidad, la caza, etc. Según la filología vasca las participantes de estos eventos eran conocidas como las sorguin, cuyo significado es "hacedoras de suerte". En los encuentros se tomaban diferentes ungüentos alucinógenos. Estas pócimas alteraban el nivel de conciencia y de realidad. En estos "viajes", con síntomas muy parecidos a los que produce el ácido lisérgico y sus derivados, las experiencias “místicas” se desataban. Mientras en diferentes zonas de Europa el psicotrópico más conocido y utilizado era la mandrágora, en España el ingrediente que se usaba eran las bayas de endrinas, con efectos muy similares y con la que curiosamente se realiza el famoso y popular pacharán, brebajes que se consumían buscando otra perspectiva de la realidad, un contacto más profundo con la Naturaleza y el ser interior, según apuntan diferentes eruditos en la materia.
De todas formas, es necesario señalar que aquí en España fue el único caso importante que se dio y nada que ver con las cifras escalofriantes de quemadas en Alemania, por ejemplo. Parece que a los españoles nos mueve otra cosa, no las tonterías que puedan hacer cuatro pirados, por eso lo de las brujas aquí –exceptuando este caso- careció de toda importancia.
Bueno, pues mi aportación a este tema es siguiente receta:
MEJILLONES A LA DIABLA (Foto casera. Pinchar en la imagen para ampliar).
Ingredientes (para 4 personas): 1 y ½ kg. de mejillones, 1 cebolla mediana, 2 dientes de ajo, ½ guindilla, 1 taza de tomate frito, 2 cucharadas de perejil picado, ½ taza de vivo blanco, un chorrito de brandy, 2 cucharadas de aceite de oliva, azafrán y sal.
Limpiar los mejillones muy bien de barbas y lavarlos. Picar la cebolla y los ajos muy menudos y rehogarlos en una sartén con el aceite hasta que la cebolla esté transparente. Incorporar el tomate, el perejil y la guindilla, y salar. Dar un hervor y agregar el vino blanco, el brandy y el azafrán; dejar reducir, y si es necesario, espesar con una cucharadita de maicena disuelta en un poco de agua. Abrir los mejillones en una cazuela con 1/2 taza de agua. Sacarlos y quitar una de las valvas. Servir los mejillones con la salsa.