lunes, julio 30, 2007

NOVELA HISTORICA. ROMA.

http://www.youtube.com/watch?v=IsjmWyX2w1Y



NOVELA HISTÓRICA Y POLICIACA.

Música del video: Montaje a base de la serie Roma y la película Gladiator.
No puedo negar que me encanta la novela, pero dentro de ésta quizás sean los géneros policíaco e histórico (concretamente sobre Roma) los que prefiero. Desde hace ya unos años, han aparecido una serie de autores que intentan compaginar la historia con lo detectivesco, así Lindsey Davis con su serie protagonizada por el detective Marco Didio Falco en la época de Vespasiano, o Steven Saylor con su protagonista Gordiano “el Sabueso”, que nos hace recorrer la Roma de finales de la República, con personajes como Sila, Cicerón, Craso, etc.

En el siguiente link tenéis amplia información sobre el primero (Marco Didio Falco) y las novelas aparecidas hasta el momento.
http://es.wikipedia.org/wiki/Marco_Didio_Falco

No sabría por que autor decidirme, pero me gusta mucho más la época que refleja Saylor. Y si cualquiera de vosotros sentís la misma pasión, entonces no dejéis de leer la serie de novelas escritas por Collen McCullough sobre éste fascinante período de tiempo; comienza con la subida de Mario al poder (el primer consulado) y parece ser que terminará con la lucha entre Octavio y Marco Antonio y la derrota de éste(la novela aparecerá en septiembre, por lo visto).
Las luchas de poder, triunfos y derrotas de Mario, Sila, Pompeyo, Julio Cesar, Marco Antonio y Octavio, además de Cicerón, Catón, Saturnino, Craso y muchos otros son magníficamente retratadas, así como las diferentes guerras tanto civiles como extranjeras, e incluso la vida íntima, familiar encuentra un hueco. De todas formas, ya dedicaré varios post a todo esto, pero no me he olvidado del Banquete de Trimalción y el horóscopo; próximamente continuará.

Respecto a Steven Saylor, las obras publicadas hasta el momento son las siguientes (en orden cronológico de la acción, no de la publicación):

1.- Sangre romana.-Gira en torno a la defensa que un joven y casi desconocido Cicerón hizo de Sexto Roscio durante la dictadura de Sila.
2.- La casa de las Vestales.-Una serie de relatos cortos que narran los distintos casos del “Sabueso” durante el período de tiempo que trascurre hasta los hechos que narra la siguiente obra, como el caso de las vestales en las que se vieron implicados Catilina y Publio Clodio.
3.- El brazo de la justicia.- Con la revuelta de Espartaco como fondo, el caso acontecido en una plantación esclavista de Marco Craso.
4.- El enigma de Catilina.- Durante el consulado de Cicerón, la revuelta de Catilina y los crímenes ocurridos en una granja.
5.- La suerte de Venus.- El caso de Catulo, Celio y Clodia y el asesinato de un embajador egipcio.
6.- Asesinato en la Vía Apia.- El asesinato del tribuno de la plebe Publio Clodio y la defensa, por parte de Cicerón, de Milón.

Todas las anteriores han sido publicadas por Booket libro de bolsillo

Respecto a la serie de novelas de Collen McCullough, éstos son los títulos por orden cronológico de acción y publicación:

1.- El primer hombre de Roma.
2.- La corona de hierba.
3.- Favoritos de la fortuna.
4.- Las mujeres de César.
5.- César.
6.- El caballo de César.
7.- Marco Antonio y Cleopatra. (próxima aparición).

La media es de unas 750 páginas por novela, y prácticamente todas están en libro de bolsillo, siendo además muy fáciles de encontrar en las librerías.

La receta de hoy, como no podía ser de otra manera, es de la antigua Roma.

DULCIA DOMESTICA. (Dátiles rellenos. Foto casera, pinchar para ampliar).

Ingredientes: dátiles cuanto más frescos mejor, nueces, piñones, sal, miel y vino tinto.
Se abren los dátiles por un lado y se saca el hueso, se rellenan con nuez o con piñones; se condimentan con sal y se guisan en miel o en vino tinto endulzado con miel. Los dátiles deben cocer a fuego bajo hasta que la piel comienza a salta (5-10 minutos). Se pueden espolvorear también con un poco de pimienta.
Se presentan en un plato engrasado, pinchados con un palillo. Debo señalar que engrasar el plato es necesario, pues en caso contrario se quedan pegados, así que es mejor procurar que al retirarlos no goteen miel. Sinceramente, están muy buenos, sobre todo los rellenos con nuez; es posible que cociéndolos con el vino endulzado aún estén mejor. Recomiendo la receta.

sábado, julio 21, 2007

EL HOMBRE QUE SUSURRABA...

http://www.youtube.com/watch?v=go7mZvEfrYw



"Rhythm of the Horse"






Novela de Nicholas Evans, llevada al cine por Robert Reford, “El hombre que susurraba a los caballos” es una historia hermosa pero trágica. Grace, una niña de 13 años, pierde a su mejor amiga en un accidente, a consecuencia del cual a ella la tienen que amputar una pierna y su caballo, que la ha salvado la vida, queda mal herido y enloquecido. La madre decide llevar tanto al caballo como a la niña a un “susurrador de caballos” del que ha oído hablar; una vez allí y gracias al apoyo de este último, ambos, niña y caballo acaban curando las heridas, tanto las que se ven como las que no se ven. Esta, a grandes rasgos con historia de amor incluida entre madre y susurrador, es la trama tanto de la novela como de la película.

Me gustaría destacar los siguientes puntos de la película:

La contraposición Campo (naturaleza)-Ciudad. En una constante que aparece a lo largo de todo el film. Annie (la madre de la niña) es una urbanita, ambiciosa, mujer de éxito en su trabajo y sin tiempo para nada. Por el contrario Tom (el susurrador), abandonando la ciudad había decidido volver a la naturaleza aunque la consecuencia de su decisión fue la ruptura de su matrimonio. Cuando Annie se ve obligada a llevar a su hija al rancho de Tom, todo cambia para ella; empieza a retomar su vida y a descubrir lo que es la libertad, la simplicidad de la vida, el valor del silencio y de la contemplación...

La vida y el dolor. El caballo, Pilgrim, es un símbolo del dolor y, para mi, el personaje más importante de la película. Ya he señalado que Pilgrim intenta salvar la vida de la niña cuando el camión les viene encima; era un animal noble, no resabiado, como señala la novela “Grace...supo que el caballo tenía buen corazón” (p.22). A raíz del accidente, el animal quedó tan mal herido que se pensó en sacrificarle; pero había ocurrido algo más: “Las cicatrices en la cara y el pecho eran de por sí horribles. Pero aquella salvaje hostilidad era algo que nunca había visto en un caballo” (p.90). Y es que la heridas no eran únicamente físicas...Para colmo, al pobre animal lo confinaron en el establo de una granja, cuyos dueños no únicamente se negaban a limpiarlo, sino que además lo maltrataban, pero esto no sale en la película.


 




Así llevan al “susurrador” el animal, quebrado física y emocionalmente. Y así se lo encuentra Tom:
Tom...volvió a leer el artículo con la esperanza que pudiese arrojar luz sobre el problema de Pilgrim...Y ahora por fin comprendía qué había estado viendo todo el tiempo en los ojos de Pilgrim. La ruina absoluta. La confianza del animal, en sí mismo y en cuantos lo rodeaban, se había hecho añicos. Aquellos a los que amaba y en quienes confiaba lo habían traicionado. Tal vez el propio Pilgrim se culpaba de lo sucedido...Pilgrim había defraudado a Grace y luego, al intentar protegerla del camión, no había conseguido a cambio más que dolor y castigo. Y después todos aquellos desconocidos que lo habían engañado y encerrado y pegado y atravesado con sus agujas y apresado en la oscuridad, la mierda y la pestilencia...No había ninguna clase de engaño, nada disparatado ni caprichoso en el modo en que Pilgrim había evaluado los horrores que le habían acontecido. Simplemente era lógico, y eso hacía que ayudarlo fuese extremadamente difícil. Y Tom quería ayudarlo con toda su alma” (p.241).

El animal comienza a recuperarse poco a poco a base de comprensión, ternura y firmeza, pero aún falta algo y a ese algo le tiene que obligar Tom:

“Ha podido elegir entre luchar contra la vida o aceptarla...Le resultaba muy duro, pero podría haber seguido, insistir en volverse cada vez más infeliz. Pero en lugar de eso ha escogido ir hasta el borde del abismo y mirar. Ha visto lo que había más allá y ha elegido aceptarlo...Lo que acaba de pasarle, eso de estar ahí tumbado, es lo peor que él podía imaginar. ¿Y sabes una cosa?. Ha visto que no pasaba nada. A veces lo que parece una rendición no lo es en absoluto. Se trata de lo que uno tiene en el corazón. De ver claramente cómo es la vida y aceptarla y ser fiel a ella por más que duela, porque el dolor que puede causar el no ser fiel a ella es muchísimo mayor” (p.384-5).

Finalmente: “Pilgrim había superado la prueba. Y ella lo sentía como siempre había sido, entregado, confiado y fiel” (p.386). Ni que decir tiene que la historia de la niña es paralela a la del caballo; cuando ella acepta su situación, la amputación de la pierna, ella recobra la alegría.


Bueno, la receta de hoy es muy sencilla y cómoda.


 





POLLO FRITO ESTILO AMERICANO. (Foto casera. Pinchar para ampliar).

Ingredientes: 1 pollo en trozos de 1,600 kgs o más o menos lo mismo pero en alas, 5 cucharadas soperas de harina, 2 cucharadas soperas de pan rallado, 3 cucharadas de postre de curry en polvo, sal, pimienta, aceite, sal de ajo (opcional –si se añade, mucho cuidado con la sal normal-), cayena molida (opcional).

En una bolsa de plástico, mezclamos la harina, el pan rallado, el curry, la sal y la pimienta. Lo mezclamos bien para que quede homogéneo. Metemos los trozos de pollo, la anudamos bien y lo movemos todo bien movido para que el pollo quede bien rebozado. Mientras ponemos aceite en una sartén y cuando esté caliente, freímos el pollo hasta que esté dorado. La piel deberá estar bien crujiente.

Nota.- Es mejor hacerlo con alas. El pan rallado mucho mejor si es del que venden con ajo y perejil. Es un plato de picoteo coca-colero mientras se ve una película en la tele, así que puede ir acompañado de una Ensalada Cesar y una pandereta de patatas fritas (ya os daré las recetas).

sábado, julio 07, 2007

LOS CUATRO JINETES (II)



2.- La Peste.- La Peste Negra. “Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto Viviente que decía: “Ven”. Miré entonces y había un caballo verdoso; el que lo montaba se llamaba Muerte, y el Hades le seguía”. (Apocalipsis 6, 8).

Música. B.S.O. de “La Peste” (1993):

http://www.epdlp.com/compbso.php?id=626

La Peste Negra fue una pandemia que asoló Europa desde el año 1346 hasta 1351 y que provocó la muerte de un tercio de la población europea, además de un número muy importante en Africa y Asia, convirtiéndose en una de las mayores catástrofes demográficas en la historia de la humanidad.

La enfermedad es causada por la bacteria Yersinia pestis, que se transmite por las pulgas de la rata negra (rata de campo), pero en aquél entonces todo esto se desconocía, así que las explicaciones dadas a semejante horror fueron variopintas al igual que las reacciones.

Existen diferentes tipos de peste, todas ellas provocadas por la Yersinia pestis, pero aquí lo que interesa es la peste bubónica, la cuál únicamente se contagia por la picadura de la pulga de la rata. A mi juicio, la mejor descripción que he leído sobre la enfermedad y la situación que provocó, se encuentra en “El Decameron” de Boccacio:




“Y no era como en Oriente, donde a quien salía sangre de la nariz le era manifiesto signo de muerte inevitable, sino que en su comienzo nacían a los varones y a las hembras semejantemente en las ingles o bajo las axilas, ciertas hinchazones que algunas crecían hasta el tamaño de una manzana y otras de un huevo, y algunas más y algunas menos, que eran llamadas bubas por el pueblo. Y de las dos dichas partes del cuerpo, en poco espacio de tiempo empezó la pestífera buba a extenderse a cualquiera de sus partes indiferentemente, e inmediatamente comenzó la calidad de la dicha enfermedad a cambiarse en manchas negras o lívidas que aparecían a muchos en los brazos y por los muslos y en cualquier parte del cuerpo, a unos grandes y raras y a otros menudas y abundantes. Y así como la buba había sido y seguía siendo indicio certísimo de muerte futura, lo mismo eran éstas a quienes les sobrevenían. Y para curar tal enfermedad no parecía que valiese ni aprovechase consejo de médico o virtud de medicina alguna; así, o porque la naturaleza del mal no lo sufriese o porque la ignorancia de quienes lo medicaban (de los cuales, más allá de los entendidos había proliferado grandísimamente el número tanto de hombres como de mujeres que nunca habían tenido ningún conocimiento de medicina) no supiese por qué era movido y por consiguiente no tomase el debido remedio, no solamente eran pocos los que curaban sino que casi todos antes del tercer día de la aparición de las señales antes dichas, quién antes, quién después, y la mayoría sin alguna fiebre u otro accidente, morían”.

Se buscaron explicaciones para el desastre y se atribuyó a una de estas tres “causas”: un ordenamiento “especial” de tres planetas, la ira de Dios que enviaba la enfermedad como castigo por los pecados o las actividades de los judíos que querían exterminar a los cristianos.

Respecto a la primera, no voy a comentar nada; las que me interesan son la segunda y tercera. Antes de nada, es necesario señalar que murió como mínimo el 40% del clero parroquial, siendo ésta institución la más golpeada por la enfermedad; esto fue debido tanto a las comunidades de vida como a que eran los que pasaban más tiempo al lado del enfermo intentado confortarlo y hasta tal punto llegó el número de muertos que el arzobispo de Roma se vio obligado a publicar perdón masivo para los pecados.




Todo esto tuvo una serie de consecuencias; la primera de ellas fue que una parte de los cristianos comenzaron a dudar del papel de la Iglesia para protegerlos, mientras que otra parte llegó al paroxismo en cuanto a oración y penitencias; otra de las consecuencias de la alta mortandad del clero fue que se perdió control sobre los campesinos. Así surge un movimiento de corta duración, que fueron Los Flagelantes; eran laicos que recorrían las poblaciones flagelándose con látigos de cuero que acababan en púas de hierro, mientras recitaban los salmos penitenciales y exhortaban a la conversión.

Sus grupos variaban de 200 – 300 individuos hasta 1000 en alguna ocasión y obedeciendo a un “maestro”, organizaban tres funciones diarias, dos en público en la plaza de la iglesia y una en privado y el tiempo en la que se permanecía en el grupo era de 33 días y medio para representar los años de vida de Cristo en la tierra.

Tenían prohibido lavarse, afeitarse, cambiarse de ropa, dormir en camas y hablar o mantener relaciones sexuales, aunque esto no lo cumplieron ya que se les acusó de organizas orgías en las que se mezclaban azotes y sexo.

Otro característica fue su furibundo antisemitismo; en cada ciudad en donde entraban se dirigían al barrio judío seguidos del populacho y llevaban a cabo auténticas masacres entre aullidos de venganza contra los “envenenadores de pozos”. De nada sirvieron las bulas del Papa Clemente VI excomulgando a los que matasen a un solo judío, pues además el carácter de “los flagelantes” era completamente anticlerical y aquellos sacerdotes que se oponían a ellos eran lapidados.

En ningún momento la teoría de los judíos como “envenenadores de pozos” fue promovida por el Papa, pero los campesinos la abrazaron masivamente. El resultado de todo esto fueron “pruebas” y matanzas masivas, auténticas masacres fundamentalmente de judíos los cuales se vieron forzados a emigrar y si bien hasta entonces ya había un largo historial de iniquidades y crueldades contra este pueblo, sin embargo lo que les vino encima fue mucho más nefasto y destructor que todo lo anterior.




Se comenzó a correr la voz de que los judíos habían envenenado todas las fuentes y manantiales para exterminar a los cristianos, sin querer caer en la cuenta de que también morían judíos víctimas de esta terrible enfermedad. Fue en una ciudad del Sur de Francia donde comenzó el rumor, y a mediados de 1348 toda la comunidad judía fue quemada junto con la Torah. Este rumor saltó a España y en Barcelona se mató a 20 personas además de saquear las casas judías.

En julio, el Papa Clemente VI decretó una bula en la que, bajo pena de excomunión, prohibía que se matara a ningún judío sin un fallo jurídico, que se obligara a un bautismo forzado o que se robara los bienes de un judío. La bula fue tenida en cuenta en el Sur de Francia, pero en el resto de la cristiandad no tuvo eficacia.
En Saboya se consiguió la primera “prueba verídica”, por supuesto bajo las mas horribles torturas, dos judíos “confesaron”, dando los datos más absurdos que se puedan imaginar y así en el mes de septiembre, en toda Saboya los judíos fueron quemados en masa.

Esto se extendió por toda Suiza y en septiembre de 1349 el Papa salió nuevamente en defensa de los perseguidos. En una bula, Clemente VI declaraba que la “muerte negra” era un azote de Dios y confirmaba a los cristianos la inocencia de los judíos respecto a los crímenes que se les atribuía. También amonestó nuevamente a los religiosos a que tomaran a los judíos bajo su protección y amenazaba con excomulgar a los que contravinieran sus órdenes, pero todo esto fue en vano frente al delirio de las masas.

Fue en Alemania en donde el exterminio de los judíos cobró la mas alta cota de crueldad y obstinación y todo ello pese a la prohibición del emperador.

Por fin, el movimiento de los flagelantes fue condenado por el pontífice Clemente VI, en 1349 y definido como una superstición y como una creencia errónea; se pidió a las autoridades que se les dispersase o detuvieran, y en cuanto a las mismas autoridades, los magistrados ordenaron que se les cerrasen las puertas de las ciudades, la Universidad de París negó su pretensión de inspiración divina y Felipe VI rápidamente prohibió la flagelación en público bajo pena de muerte.

Las autoridades locales persiguieron a los «maestros del error» atrapándolos, colgándolos y decapitándolos. Los flagelantes se desbandaron y huyeron «desapareciendo tan rápidamente como habían surgido», escribió Enrique de Hereford, «como fantasmas nocturnos o espíritus burlones”, aunque en algunas partes quedaron algunas bandas y no fueron suprimidos totalmente hasta 1357.

Como ya he señalado, los judíos también morían aunque proporcionalmente el número de muertos era bastante menor que entre los cristianos. La razón no es otra que la higiene; las leyes mosaicas respecto a la higiene y a la convivencia con animales –que está prohibida- redujo mucho la extensión de la plaga entre la población judía.

Frente a esto, es necesario señalar que los cristianos no guardaban ni la mas mínima higiene; las calles eran auténticos estercoleros al no existir alcantarillado. Así que no es extraño que proliferaran las ratas y, en consecuencia, las pulgas que transmitían y esparcían la enfermedad.
Lo mismo pasó con la población musulmana; la leyes religiosas relativas a la higiene fueron un barrera para que la peste no se propagara entre ellos.

La receta de hoy es de la gastronomía judía (basada en la gastronomía austriaca) y está riquísima; yo suelo hacerla con bastante frecuencia.



SCHNITZEL PICANTE DE PAVO. (Foto casera. Pinchar para ampliar).

Ingredientes: 625 gr. de pechuga de pavo cortada en 8 tiras de unos 1,25 cms. de grosor, 1 cucharadita comino molido, ½ cucharadita cúrcuma molida, ½ cucharadita pimentón, ½ cucharadita de sal, pimienta negra molida, ¾ pimienta de cayena o guindilla en polvo (opcional), 60 grs. harina, 2 huevos batidos, 125 grs. pan rallado, aceite

Colocar cada tira de pechuga entre 2 hojas de film transparente y aplastar de un golpe seco para que queden lo más finas posible. En un bol, mezclar las especias, untar las tiras de carne con esto y dejar reposar 30 minutos. Pasar por harina, huevo y pan rallado. Calentar el aceite y freír las tiras 2 minutos por cada lado evitando que queden superpuestas. Dejar escurrir en papel de cocina. Decorar con gajos de limón y perejil.

Guarnición: Acompañar de patatas fritas y pimientos verdes fritos (variedades: caserío, padrón o italiano). Otra opción en acompañar de ensalada simple de lechuga, pimientos del piquillo y todo ello aliñado con una vinagreta formada por parte de aceite de freír los schnitzel, sal, vinagre de Módena y pimiento de piquillo.

Opciones: Esta mezcla va también muy bien para alas de pollo. Otra manera de hacerlo es eliminar el huevo y mezclar con las especias, harina y pan rallado; se pone todo junto en una bolsa de plástico, se mueve bien y se fríe.

domingo, julio 01, 2007

LOS CUATRO JINETES (I)


Música: Guillaume de Machaut. “Rondeau 17; Dis et sept cinq” (1363):
http://www.epdlp.com/compclasico.php?id=3000

Imagen: interior de la Catedral Santa María del Mar.

Una de las mejores novelas que he leído últimamente es “La Catedral del Mar” de Ildefonso Falcones. La historia, que se desarrolla en el siglo XIV, trata de la vida de un siervo de la tierra y de la de su hijo Arnau en la ciudad de Barcelona a la que llegan huyendo de los abusos de un señor feudal; Barcelona entonces era una próspera ciudad que había crecido hacia la Ribera, el barrio humilde de los pescadores los cuales deciden construir, con el esfuerzo de todos, el templo mariano más grande que fuese conocido.
A la par que el templo, se desarrolla la vida de Arnau, el cuál desde sus humildes orígenes va consiguiendo prosperidad hasta llegar a la nobleza; pero esto le granjeará la envidia de algunos...

Retrato de una ciudad burguesa, en el sentido feudal del término, con todas las características que marcaron la época. Quizás la novela pueda recordar un poco a “Los Pilares de la Tierra” pero, por el retrato tan cuidado de la ciudad y sus características, a mi me recuerda a otras novelas. Cómo la época es una de las más interesantes, he decidido dedicarle varios post.

Nos colocamos en el siglo XIV que también podría ser llamado el siglo de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, pues se dieron cita el hambre, la peste, la guerra y, en consecuencia, la muerte, y ocurrió en todo el continente europeo. Veamos cada uno de los cuatro “personajes”:

1.- El Hambre.- “Miré entonces y había un caballo negro; el que lo montaba tenía en la mano una balanza, y oí como una voz en medio de los cuatro Vivientes que decía: “Un litro de trigo por denario, tres litros de cebada por denario”. Apocalipsis 6, 5-6.

Fue el primero en hacer aparición; ya en un texto de 1301 Fernando IV, rey de Castilla y León, nos ofrece la crónica de lo que pasó:

“E este año fue en toda la tierra muy grand fambre; e los omes moríense por las plazas e por las calles de fambre... e tan grande era la fambre, que comían los omes pan de grama, e nunca en tiempo del mundo vio ombre tan gran fambre".

Es decir, la hambruna fue lo suficientemente importante y profunda como para que el monarca la considere la más impresionante que el pudiera recordar. Pero la más feroz fue la que se desarrolló en Europa entre los años 1315 y 1317, que afectando a todos los países castigó fundamentalmente a Francia, Inglaterra y Flandes. Todo ello fue debido a lo que se ha dado en llamar “el verano podrido”, por la intensa pluviosidad que tuvo lugar de 1314 a 1316 y los crudísimos inviernos; todo ello fue una auténtica catástrofe para las cosechas, por lo cual se vieron obligados a consumir las semillas guardadas para la siembra, así que la catástrofe fue aún mayor ya que por aquél entonces 8 de cada 10 personas trabajaban en el campo y las tres cuartas partes de la producción se situaban en éste ámbito, por lo que la crisis –en éste sentido- fue fundamentalmente rural.
Los expertos hablan de un cambio climático, exactamente se refieren a cambios en la actividad solar, que provocó una disminución en las temperaturas y menos horas de sol, con la repercusión que esto tiene en las cosechas. De hecho, en 1303 se heló el Mar Báltico y a ésta época se la conoce como “pequeña edad Glaciar”.


Por ejemplo, referido a la primera mitad del siglo XIV, en Francia, se consideran años de hambruna los siguientes: 1304, 1305, 1310, 1315, 1330-34, 1344, 1349-51. Refiriéndose a los años 1314-17, la “Chronique Lyonnaise” afirma que se dieron “magna fames et caristia bladis in Francia et in Burgundia”.
Refiriéndonos a España: La documentación eclesiástica de la Corona de Castilla revela que diversos monasterios se vieron en la necesidad de comprar pan, que escaseaba por los "malos años" que pasaron entre 1331 y 1333. Las fuentes documentales de Cataluña hablan, por su parte, de 1333 como del "mal any primer".
En las Cortes de Burgos de 1345 se dijo que las dificultades que se estaban padeciendo en Castilla obedecían, entre otros factores, a "la simiença may tardia por el muy fuerte temporal que ha fecho de muy grandes nieves e de grandes yelos". Un documento originario de la villa de Madrid, del año 1347, señalaba, asimismo, que la escasez de pan y de otros alimentos obedecía a "los fuertes temporales que an passado ffasta aquí". Finalizamos haciendo referencia a lo que un año después se dijo en las Cortes celebradas en Alcalá de Henares: "por los tenporales muy ffuertes que ovo en el dicho tienpo... se perdieron los ffrutos del pan e del vino e de las otras cosas donde avian a pagar las rentas”.

Así comenzaron a diezmarse las poblaciones, y se fue debilitando la salud de los supervivientes para hacer frente a las enfermedades. Además, se dieron numerosos alzamientos campesinos contra los señores feudales que pretendían seguir cobrando la misma renta pese a la situación.

Bueno, pues debido al tema, hoy os propongo algo bastante ligerito y que además, sirve para aprovechar las lonchas de fiambre que os queden por la nevera.


ENSALADA CATALANA. (Foto casera. Pinchar para ampliar).

Ingredientes: Lechuga (puede ser de las combinadas o la Iceberg, unas lonchas de fiambre: butifarra (yo he puesto de dos tipos que compré en Mercadona –las dos de la derecha de la foto-), jamón york, cabeza de cerdo o jabalí, unas aceitunas (rellenas de anchoa si no se van a poner estas últimas), un tomate, un huevo cocido, unas rodajas de cebolleta, un par de filetes de anchoa (opcional).
Aliño: Aceite, vinagre (mejor de manzana), sal. La proporción para un buen aliño debe ser de 3 cucharadas de aceite por 1 de vinagre; se pone todo en un cuenco, se bate con un tenedor para emulsionarla y se rocía con ella la ensalada en el momento de servirla.

Simplemente en un plato, ponéis primero la lechuga y sobre ella, todo lo demás; el tomate cortado en rodajas, lo mismo la cebolleta, el huevo partido por la mitad o en cuartos, el fiambre un poco “recogido” y las aceitunas. Aliñar y servir.