LAS MEDULAS
Video-Música: Hevia. “Son del Busgosu”
(Pinchar sobre la foto para ampliar).
Hoy os voy a hablar de Las Médulas, sitio al que fuimos de excursión hace un par de veranos y como sé que alguno de vosotros va a volver próximamente, me he decidido a poner éste post.
La verdad es que antes de estar allí, yo pensaba que era un poco perder el tiempo, pues para ver unas montañas “peladas”..., sin embargo mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que se trataba de un sitio único ya no solo por el paisaje, todo ello repleto de magníficos castaños, sino por los colores que esas mismas “montañas peladas” ofrecen con los cambios de luz y el contraste que se da con el color de la vegetación...fue magnífico. Así que os voy a contar algo de su historia; las “ilustraciones” son fotografías que sacamos estando allí.
Os recomiendo éste link en el que podréis ver las rutas y otras informaciones importantes:
http://www.fundacionlasmedulas.org/index.jsp
http://www.lagosumido.com/index.html
Las Médulas son unas antiguas minas romanas de oro que datan de los siglos I y II, pero concretamente fue entre el 29 y el 19 a.C. cuando los romanos, con Augusto al frente del Imperio, terminan la conquista de Hispania. Las Médulas pertenecían a la llamada Hispania Citerior cuya capital era Tarraco. El río Sil, que es el que pasa por allí, fue llamado Minius.
La técnica utilizada para la extracción del oro era la llamada Ruina Montium; consistía en derrumbar partes de una montaña de una vez y lavar la tierra desprendida para separar las pepitas de oro. Ese derrumbe se provocaba mediante la fuerza del agua, que se soltaba de una vez y se dirigía mediante túneles desde un embalse o laguna que comunicaba con los anteriores. Aquí tenéis la descripción realizada por Plinio el Viejo, en el año 70 d.C.:
“...hechas cuevas por largos espacios, cavan los montes con luces de candiles, y ellas mismas son la medida del trabajo y vigilias, y en muchos casos no se ve el día. A esta manera de sacar el oro se le llama "arrugias", y súbitamente se suelen hundir los quiebros que se hienden en su emplante, y cubren súbitamente los trabajadores, dejándolos allí sepultados, de suerte que ya parece mucho menos temerario buscar en lo profundo del mar las perlas: tanto más peligroso hemos hecho las tierras".
Hechas las galerías correspondientes, se dejaba entrar en ellas el agua, lo que producía fuertes erosiones que provocaban el derrumbamiento. De nuevo Plinio lo narra así:
"...las cabezas de los arcos se abren y hienden y dan señal de ruina. Y sólo la conoce aquel que es vigilante en la altura del monte. Éste, con la voz y golpes, manda a los obreros que de presto se aparten.".
"...quebranto el monte cae por sí mismo, con tan grande estruendo y viento que no puede ser concebido por la mente humana...".
(Aquí estamos mi hermano y yo en el interior de una de las cuevas, tipo paisaje marciano).
Parece ser que los trabajadores no eran únicamente esclavos, también estaban los lugareños; su jornal era de 70 denarios diarios más la ración de comida diaria, todo ello mediante contrato. En cuanto a los esclavos que allí trabajaron, se calcula que fueron unos 100.000 a lo largo de los 200 años que duró la explotación y que precisamente la enorme cantidad de castaños que allí tenemos, se debe a que fueron llevados para la alimentación de éstos esclavos.
Pues como estamos de excursión, no queda más remedio que recurrir a algo cómodo y como además estamos en una zona pegando con Galicia, pues se me ha ocurrido poneros una receta que encontré en Internet, cuyo autor es Fernando de Galicia. Yo la hice (es la de la foto que pongo) y me supo a gloria. Está buenísima; con razón se llevó el premio. Aquí está el link:
http://empanadagallega.blogspot.com/2006/10/hummm-rico-rico-los-secretos-de-una.html
EMPANADA DE PARROCHAS CON JAMÓN Y PIMIENTOS DEL PADRÓN. (Foto casera. Pinchar para ampliar).
Ingredientes: una lámina de hojaldre congelado, de ½ kg a 750 grs. de parrochas (son las sardinas pequeñas), 2-3 lonchas de jamón serrano, pimientos del Padrón, 3 cebollas medianas, 2-3 tomates según tamaño bien maduros, 1 pimiento mediano rojo asado, ajo perejil, sal, pimentón, pimienta, aceite.
Primero se hace el sofrito; se sofríen a fuego suave todas las verduras finamente picadas menos el tomate, cuando la cebolla ya esté transparente, se añade el tomate pelado y picado, y la sal y la pimienta molida. Al final se le pone una pizca de pimentón.
Mientras tanto, se lavan, desescaman, descabezan y se quitan las espinas (la raspa –es opcional-) de las parrochas y se salan. Los pimientos de Padrón se rehogan ligeramente en un poco de aceite, pero muy poco tiempo (y así se le quita el exceso de picante. De todas formas, si esto os da miedo, podéis sustituirlos por pimientos del caserío o verdes de freír).
La masa se extiende con el rodillo y se deja como de 2 milímetros. Se divide en dos partes y se pone una capa de la masa en un molde. A continuación se cubre con el sofrito ya frío y sobre éste, se van poniendo las parrochas crudas y entremedias los pimientos y el jamón cortado muy fino y en tiras. Se cubre con la otra capa de la masa, se cierran los bordes como trenzándolo hacia dentro y apretando con los dedos. Se pinta con huevo batido, se hace un agujero en el centro y se pincha simétricamente por varios sitios.
Se introduce en el horno precalentado a 200-220 ºC durante 45 minutos y altura media hasta que esté dorada.
Nota.- La masa de la empanada gallega es otra, yo preferí por simplificar, el hojaldre congelado. También se puede hacer con boquerones.