¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!
¡¡¡FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!!!
¿De dónde procede la fiesta de Nochevieja?. Parece ser que en el imperio romano el mes de Enero estaba dedicado al dios bifronte Janus, al cual se le representaba con dos rostros, uno viejo y otro joven y que miraban respectivamente hacia detrás y hacia delante. Janus era el dios de las puertas, de los comienzos y los finales. Es el dios de los cambios y las transiciones, de los momentos en los que se traspasa el umbral que separa el pasado y el futuro. Su protección, por tanto, se extiende hacia aquellos que desean variar el orden de las cosas. Se le honraba cada vez que se iniciaba un proyecto nuevo, nacía un bebé o se contraía matrimonio. En todos los hogares se le dirigía la plegaria matutina, y en toda tarea doméstica se buscaba su asistencia. Como dios de los comienzos, se lo invocaba públicamente el primer día de enero (Ianuarius), el mes que derivó de su nombre porque inicia el nuevo año. Y no tiene equivalencia en la mitología griega, así que era un dios netamente romano.
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De hecho, la celebración de San Silvestre (que murió el 31 de diciembre del año 335) nada tiene que ver con las supersticiones que abundan tanto durante el paso de un año a otro. Sin embargo, en el caso de Silvestre II puede ser diferente, pues fue el Papa del año 999-1000. Durante el año 999 en casi toda Europa se respiraba el terror porque se pensaba que, al llegar la noche del 31 de diciembre, el mundo iba a desaparecer. Basándose en extraños sortilegios, en enrevesadas profecías y en supersticiones, se extendió por casi todo el viejo continente la certeza de que Dios castigaría a un mundo que durante mil años lo había abandonado. Unos meses antes había sido nombrado Papa Silvestre II; sus contemporáneos lo describieron como una persona muy sabia, al extremo de que lo consideraban casi un mago. Y algo de razón llevarían ya que consiguió calmar con sus palabras, leídas desde los púlpitos de media Europa, a toda aquella caterva de fieles asustadizos, y evitó, así, el caos y suicidios en masa.
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Incluso todavía quedan los que mantienen la tradición de los antiguos romanos de recibir el nuevo año apoyado sobre el pie izquierdo para entrar en el siguiente con buen pie -el derecho-.
La receta que os propongo es de lo más sencillo y tonto y, además, no hace falta meterse demasiado tiempo en la cocina.
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Ingredientes (para 4 personas): 8 rebanadas de pan de molde, 16 lonchas de salmón ahumado, mantequilla.
Para la Salsa Tártara: 1 taza de mahonesa, 1 cucharada de pepinillos finamente picados, 1 cucharada de alcaparras muy picadas, 1 rama de perejil muy picado, 1 cucharada de cebolleta finamente picada, 1 huevo duro muy picado.
Mezclar la mahonesa con todos los ingredientes y dejar enfriar durante 1 hora en la nevera.
Montaje del plato: Se tuestan las rebanadas de pan, se untan con la mantequilla, se ponen sobre la tosta las lonchas del salmón y se sirve, poniendo aparte la salsa tártara que cada uno se echará según le apetezca.