jueves, marzo 03, 2011

ARTE PARIETAL


http://www.youtube.com/watch?v=2vrhYIxvHXQ



“¿Por qué el hombre se permite el increíble lujo de duplicar el mundo y crear, junto al real y efectivo, en que tanto esfuerzo le cuesta vivir, que le da tantos quebraderos de cabeza, otro mundo, el mundo de la ficción?. Estas actividades, si se mira bien, tan extrañas, ¿qué son, cómo se justifican, por qué las realiza el hombre con tanta pertinacia?”.
(Julián Marías; “La imagen de la vida humana”).

Podemos encontrar las primeras manifestaciones artísticas a finales de la última glaciación, en el período llamado Paleolítico Superior. Su distribución ocupa la práctica totalidad del continente europeo, y se encuentra tanto el arte parietal, que son las representaciones que se encuentran en paredes y formas rocosas de cavidades o formaciones rocosas, como el arte mobiliar, que son las realizadas sobre un suporte transportable. Pero tal distribución no es homogénea; las representaciones del arte parietal solamente son posibles en aquellos lugares en los que existe abundancia de cavidades, como es el caso de la cornisa cantábrica. De hecho, más del 80% de estas representaciones se encuentran en la denominada zona francocantábrica o hispano-aquitana (que abarca Asturias, Cantabria y el País Vasco en España; Pirineos centrales, Aquitania, Poitou-Charentes y Languedoc, en Francia). Las más famosas son Altamira, Castillo, Lascaux y Niaux, aunque también existen otras en el centro-sur de la península como Escoural, Casares o Pileta. Otras zona es el sur de Italia (Levanzo, Romanelli y Addaura). Aquí os dejo un pequeño mapa con las diferentes cuevas en la cornisa cantábrica en las que encontramos arte parietal:


En cuanto a los temas y técnicas, es esencialmente animalístico, siendo los caballos y los bisontes los más representados (un 50% del total), les siguen en orden de importancia, las ciervas, toros, ciervos, cápridos y mamuts (30%). En el restante 20% están los renos, osos, leones, rinocerontes, jabalíes y unas pocas figuras de pájaros, peces y seres monstruosos (híbridos). Por ejemplo, en la cornisa cantábrica solo aparece el mamut en las cuevas del Castillo y del Pindal, y el resto en la zona francesa. De la misma manera la mayor parte de las ciervas se sitúan en la cornisa cantábrica, siendo escasas en el resto de las zonas; pero el caballo y el bisonte es la misma proporción en todas las zonas.


Pero también aparecen representaciones humanas: las manos (negativas y positivas) y los llamados antropomorfos.

Respecto a las primeras, merece la pena destacar que la mayoría son manos izquierdas y que un número considerable pertenecen a mujeres o a niños. Otra cosa destacable es que a veces aparecen mutiladas. Por lo que al segundo grupo se refiere, los antropomorfos, se les ha interpretado como chamanes o sacerdotes disfrazados con máscaras, cornamentas o pieles de animales.

Los colores más utilizados son, en orden de importancia, el negro y el rojo, el ocre y el violeta pero con una amplia gama de tonalidades. Se obtenían de la combinación de tierras o minerales con algún elemento orgánico y aglutinante. No se trata aquí de describir el minucioso proceso, baste señalar que se alcanzó un alto grado de sofisticación. Usualmente se utilizaba el pincel, aunque también tampones, espátulas y dedos.

Interpretaciones:


El arte por el arte. Esta interpretación aparece a finales del S.XIX y principios del XX; intenta vincular la aparición del arte con causas biológicas y económicas. Presuponen un entorno repleto de recursos por lo que el hombre primitivo tendría ocio y tiempo libre, y por ello pudo dedicarse al arte por el arte, sin ninguna intencionalidad, solo por el placer estético.

La magia de caza y de fecundidad. Muy por el contrario a la primera interpretación, esta y la siguiente, el totemismo, suponen que la presión de la constante búsqueda de recursos, llevó a las manifestaciones artísticas. En este caso, las marcas que aparecen sobre algunos animales, y que a veces aparezcan con los vientres abultados supondrían la llamada “magia simpática”; lo semejante produce la semejante, es decir que tales marcas serían heridas o flechas y los vientres hinchados, la continuidad de la especie


El Totemismo. Esta teoría aparece a principios del S.XX y se basa en las comparaciones etnográficas. El totemismo se define por reconocer como antepasados míticos de un grupo humano a un animal determinado.

La complementariedad sexual. Esta teoría aparece en la década de 1960 y se fundamenta en la idea de que las representaciones paleolíticas son el resultado de la elaboración consciente de dos conceptos o principios distintos: el masculino y el femenino. Ambos tienen animales y signos que les son propios y su distribución en las cavidades obedece a esa razón. De la misma manera, cobra importancia el concepto de santuario aplicado a las cuevas, y así la disposición de las imágenes sería consecuencia de un programa decorativo en el que las zonas más significativas serían ocupadas por los animales y signos más importantes.

No es cuestión de dar aquí las propuestas cronológicas y distintos periodos dados por H. Breuil y por A. Leroi-Gourham, de todas formas por si alguien tiene interés, dejo aquí escaneados un par de folios de los apuntes de la asignatura de Prehistoria y un par de gráficos; no lo he reducido para que se pueda leer mejor, así que pulsando y volviendo a pulsar sobre la imagen adquiere un buen tamaño:


Todo esto que he señalado es importante a la hora de hablar sobre Altamira (o cualquier otra representación pictórica de este período) o de la aparición del “mundo de las ideas” en las que se encuentran tanto el arte como la religión, y que tan frecuentemente van de la mano. Desde luego el arte parietal no es la única muestra de esto, tendremos que añadir también el arte mueble y las manifestaciones funerarias y estético-funerarias, así como otras posibles manifestaciones de culto, en concreto el sacrificio de animales, pero todo esto lo trataré más adelante.


Pero siguiendo con el tema, con toda la importancia que tienen las figuras zoomorfas, es la capacidad de producir figuras abstractas, es decir, signos y símbolos lo que nos habla de su capacidad, ya que aquí se encuentra la raíz misma de la idea de la escritura. Es en los signos donde la capacidad de abstracción del artista paleolítico se hace patente.


Por otra parte es necesario destacar que nos encontramos ante las primeras manifestaciones que hacen al hombre digno de llamarse así: la divinidad, el sacrificio, la esperanza, la fe y la gratitud. Todo esto se muestra en los santuarios paleolíticos, incluido el hecho de que es la situación topográfica de muchas figuras en lugares difícilmente accesibles lo que nos demuestra su carácter religioso o mágico (para esos tiempos, magia y religión pueden ser tenidos por sinónimos). El disfraz y la máscara complementan todo esto. Según Ripoll y otros investigadores, “se trata de un sistema de comunicación gráfica, relacionado con creencias y ritos, por tanto, de un arte sagrado, todo ello estrechamente vinculado a unos mitos. Arte y mito serían en el paleolítico dos aspectos del mismo pensamiento”. Y cuando tratemos otra serie de manifestaciones que ya he mencionado antes, se verá aún más claramente que todo ello constituye un pensamiento religioso. Finalmente os dejo esto, unas caras labradas en Altamira; no se ven en el camino de ida, es necesario ir hasta el final y volver, es entonces cuando se pueden ver. Pero de las cuevas de la Cornisa Cantábrica ya hablaré en otro post.


Pero está claro que tal mundo de las ideas solo puede aparecer (que sepamos) cuando el cerebro ha alcanzado un cierto grado de desarrollo, y la teoría que defiende Arsuaga, entre otros, es que la alimentación jugó un papel fundamental en esto. En la historia de la humanidad existieron dos momentos de vital importancia relacionados con la dieta. El primero fue cuando se incorporó a la anterior, en cantidades importantes, alimentos de origen animal; antes era casi exclusivamente vegetal, al modo de los chimpancés actuales. Esto ocurrió hace unos 2,5 millones de años en Africa. El segundo momento lo constituyó la revolución Neolítica, hace 10000 años.

Según señala Arsuaga, en el cuerpo humano existen dos sistemas, grandes consumidores de calorías, que compiten por los recursos energéticos; uno es el sistema nervioso central y el otro es el tubo digestivo. Bien, pues lo que se defiende es que la expansión y desarrollo cerebral en la evolución se hizo a costa de la reducción del tubo digestivo, y para eso era necesaria una nueva dieta.

Cuando se encontraron los restos fósiles del Homo Ergaster, aparecieron junto con huesos de herbívoros que habían sido golpeados con piedras para partirlos y así acceder al tuétano. El tuétano es muy rico en grasas y desde luego los huesos que lo encierran se asemejarían a una especie de lata de conserva de grasa, casi en exclusiva para los homínidos que supieran abrirla, ya que exceptuando el quebrantahuesos y la hiena manchada, nadie en el reino animal, ni siquiera los grandes depredadores pueden acceder a el. No es que Arsuaga defienda que la evolución se debió a este cambio alimenticio; lo que señala es que cuando apareció alguno con la mutación de un tubo digestivo más corto, pudo aprovechar esa ventaja y así sobrevivir y tener descendencia, y además con un cerebro mayor.

Bibliografía:

González, Reynaldo; “Arte Prehistórico”. Ed. Planeta. Barcelona 1995.
Ripoll Pereyó, Eduardo; “Orígenes y significados del arte Paleolítico. Ed. Silex. Madrid 1986.
Apuntes de la asignatura de Prehistoria, Facultad de Historia de la Universidad de Salamanca.
Arsuaga, Juan Luis; “Los aborígenes. La alimentación en la evolución humana”. Ed. RBA. Barcelona 2003.

Bueno, pues por supuesto la receta de hoy es carne con salsa de tuétano. No os veo pero como si lo estuviera haciendo; ningún asco, de hecho una de las mejores salsas francesas, la salsa bordelesa, lleva tuétano como el ingrediente esencial que la hace única (ideal para carnes rojas y caza); esa ya la pondré en otro momento.

CARNE CON SALSA DE SETAS Y TUETANO.

Ingredientes: 2 huesos de caña de vacuno (que sean grandecitos), 1/2 cebolla pequeña (o escalonia), 250 gr. setas variadas o las que se deseen, Coñac, Caldo de carne.

Se ponen a hervir los huesos como unos 10 minutos, se sacan y se dejan enfriar. Mientras, en una sartén y con un poco de aceite, se echa la cebolla muy picadita y cuando comienza a estar dorada, se añaden las setas. Se deja cocer todo junto.
Los huesos se ponen delante de la boca y se sopla para que salga el tuétano. Una vez fuera, se pican y se añaden a la sartén y se rehoga durante 2-3 minutos. Se añade un chorrito de coñac y finalmente el caldo de carne. Se deja cocer un poco y ya está. Si se desea, se puede triturar todo.

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