LA CUENCA DEL POLVO
http://es.youtube.com/watch?v=xAQsGdcLl4c
El post de hoy se ocupa de otro de los elementos fundamentales de la llamada Gran Depresión, que fue la llamada “Dust Bowl” o “Cuenca del Polvo”. Normalmente, cuando existe una gran penuria en el ámbito urbano, muchas personas recurren al campo, a la vuelta al pueblo si tienen alguna tierra, aunque sea una pequeña huerta. Unos pocos animales y unos surcos de patatas y legumbres, solucionan el tema aunque sea precariamente. Aquí bien que los sabemos ya que durante la guerra y postguerra los únicos lugares donde se vivía sin pasar demasiada hambre era en los pueblos, al menos en la mitad norte de la Península.
¿Pero qué pasa cuando también falla la tierra o desaparece la superficie cultivable?. Eso fue lo que paso en varios Estados de USA durante la Gran Depresión. Aquí tenéis un mapa con las zonas afectadas y las rutas de emigración.
Como ya señalé en el post anterior, la prosperidad de los años 20 se dio en casi todos los sectores, menos en la agricultura. Aquí nos encontramos con que después de una época de bonanza, se da una caída de los precios, los stocks se acumulan y los agricultores no pueden con las deudas, así que hipotecan sus propiedades en los pequeños bancos rurales. Pero durante unos años, de 1931 a 1939, se van a suceder una serie de tormentas de arena que van a inutilizar el suelo de cultivo, de tal manera que los agricultores no pueden hacer frente a las deudas contraídas quedando la tierra en mano de los bancos, por lo que estos granjeros no tienen más remedio que echarse a la carretera en busca de algún medio para sobrevivir; cargan sus escasas propiedades en un coche o camioneta, malvendiendo lo que no pueden llevarse con ellos y se lanzan con destino, frecuentemente, a lo que se supone era la tierra prometida: California. Tampoco se puede olvidar que en su gran mayoría habían practicado una agricultura de subsistencia, y que aunque algunos plantaron cardos comestibles, incluso eso fue devastado por las tormentas.
Pero antes de continuar, conviene saber que es una tormenta de arena y cuales fueron las causas, o alguna de las causas, por las que este fenómeno se produjo, aunque lo principal parece ser que fue una mala explotación de la tierra. Aquí os dejo un enlace sobre ello:
http://es.wikipedia.org/wiki/Dust_Bowl
¿Pero qué pasa cuando también falla la tierra o desaparece la superficie cultivable?. Eso fue lo que paso en varios Estados de USA durante la Gran Depresión. Aquí tenéis un mapa con las zonas afectadas y las rutas de emigración.
Como ya señalé en el post anterior, la prosperidad de los años 20 se dio en casi todos los sectores, menos en la agricultura. Aquí nos encontramos con que después de una época de bonanza, se da una caída de los precios, los stocks se acumulan y los agricultores no pueden con las deudas, así que hipotecan sus propiedades en los pequeños bancos rurales. Pero durante unos años, de 1931 a 1939, se van a suceder una serie de tormentas de arena que van a inutilizar el suelo de cultivo, de tal manera que los agricultores no pueden hacer frente a las deudas contraídas quedando la tierra en mano de los bancos, por lo que estos granjeros no tienen más remedio que echarse a la carretera en busca de algún medio para sobrevivir; cargan sus escasas propiedades en un coche o camioneta, malvendiendo lo que no pueden llevarse con ellos y se lanzan con destino, frecuentemente, a lo que se supone era la tierra prometida: California. Tampoco se puede olvidar que en su gran mayoría habían practicado una agricultura de subsistencia, y que aunque algunos plantaron cardos comestibles, incluso eso fue devastado por las tormentas.
Pero antes de continuar, conviene saber que es una tormenta de arena y cuales fueron las causas, o alguna de las causas, por las que este fenómeno se produjo, aunque lo principal parece ser que fue una mala explotación de la tierra. Aquí os dejo un enlace sobre ello:
http://es.wikipedia.org/wiki/Dust_Bowl
Woody Guthrie; The Ghost of Tom Joad (interpretada por Bruce Springsteen)
La región más afectada fue la de Oklahoma y a los emigrantes que procedían de las zonas afectadas, se les llamaba despectivamente, allí donde aparecían, “Okies”. Fueron unos 400.000 los granjeros del Medio Oeste los que entre 1935 y 1938 emigraron a California. Y ahora, para saber como era la vida de estas pobres gentes durante su éxodo y en esa “tierra prometida”, tenemos que tomar a John Steinbeck y su obra: “Los vagabundos de la cosecha”. Ed. Libros del Asteroide. Barcelona 2007. Lo que viene a continuación está tomado del estupendo prólogo de Eduardo Jordá.
“Los vagabundos de la cosecha” es tanto un espléndido reportaje periodístico como un estudio preliminar de “Las uvas de la ira”. Cuando en 1936 los granjeros empobrecidos comenzaron a llegar en grandes oleadas a California, George West, redactor jefe de “The San Francisco News” ofreció a Steinbeck las posibilidad de hacer una serie de reportajes sobre estas gentes, propuesta que Steinbeck aceptó de inmediato. Se puso en contacto con Tom Collins, que era el director del único campamento de acogida que existía y comenzaron a recorrer los valles agrícolas de California; más adelante, en “Las uvas de la ira” convertiría a Collins en Jim Rawley en cuyo campamento se acoge a la familia Joad. Rawley era un “hombre que estaba tan cansado que ya no era capaz de conciliar el sueño, porque su cansancio era de esa clase que no te deja dormir aunque tengas tiempo libre y una cama”.
Por lo visto, este tipo de cansancio era muy común en los tiempos de la Gran Depresión.
La gran preocupación de Collins, era que los inmigrantes recuperaran su amor propio, destruido por las vicisitudes por las que habían pasado y aún pasaban, pues la débil frontera que separa a una persona desesperada, pero útil y trabajadora, de una persona destrozada por la adversidad que se convierte en un desecho y acepta indiferente la derrota, lo constituyen pequeñas cosas como un pedazo de jabón, un jergón o que se le deje participar en las discusiones sobre los turnos de trabajo o la música que se va a tocar en el campamento.
“Los vagabundos de la cosecha” va acompañado por las fotografías de Dorothea Lange; parte de ellas son las que ilustran el post. Durante la Gran Depresión trabajó como fotógrafa en las agencias estatales de ayuda a los trabajadores en paro y es quien mejor ha sabido plasmar aquella situación.
La gran preocupación de Collins, era que los inmigrantes recuperaran su amor propio, destruido por las vicisitudes por las que habían pasado y aún pasaban, pues la débil frontera que separa a una persona desesperada, pero útil y trabajadora, de una persona destrozada por la adversidad que se convierte en un desecho y acepta indiferente la derrota, lo constituyen pequeñas cosas como un pedazo de jabón, un jergón o que se le deje participar en las discusiones sobre los turnos de trabajo o la música que se va a tocar en el campamento.
“Los vagabundos de la cosecha” va acompañado por las fotografías de Dorothea Lange; parte de ellas son las que ilustran el post. Durante la Gran Depresión trabajó como fotógrafa en las agencias estatales de ayuda a los trabajadores en paro y es quien mejor ha sabido plasmar aquella situación.
“Vigilante Man” (interpretada por Bruce Springstein).
En cuanto a la música, Woody Guthrie fue quien supo narrar a través de sus canciones la experiencia que compartió con los miles de desplazados por la Dust Bowl, ya que el mismo se vio obligado a abandonar a su familia en Texas y marchar a California, sin dinero, junto con todos los granjeros por lo que fue testigo de las terribles situaciones por las que pasaban. En 1937 se subió con su guitarra al techo de un tren de mercancías y viajó hasta el oeste, allí trabajó en un huerto de melocotones y empezó a componer sus Dust Bowl Ballads –grabadas en 1939-. Todo esto quedó plasmado en canciones como “Tom Joad” o en “Vigilante Man”, un ácido retrato de los matones de la patronal agrícola que amargaban la vida de los jornaleros o en “Blowin´ Down the Road”, resumen brevísimo del argumento de la novela de Steinbeck:
“I´m going where the dust storms never blow,
I´m a looking for a job and honest pay,
I´m going down this old dusty road,
And I ain´t gonna be treated this way”.
(“Voy a donde no soplen las tormentas de polvo,
busco un trabajo y una paga decente,
me voy por esta carretera polvorienta,
y nunca más van a tratarme de este modo”).
Respecto a Las uvas de la ira se dice que es un lamento colérico, o incluso un plañido de resonancias bíblicas, que se dirige contra el sistema social que había hecho posible las penalidades de aquellos emigrantes que lo habían perdido todo, pues muchos americanos de aquella época, igual que ocurre ahora entre nosotros, se encogían de hombros ante las injusticias terribles que sufrían los emigrantes. No es el caso de USA, desde luego, pero es bastante comprensible que a veces triunfen ciertas ideologías (aunque no se compartan, se puede entender perfectamente).
Como esto se está alargando, dejo el desarrollo tanto de “Los vagabundos de la cosecha” como de “Las uvas de la ira” para otro post (además, esta última la tengo que releer). Y aquí está, por fin.
Bueno, pues he intentado que la receta de hoy sea acorde con el post, y no es nada sencillo, finalmente y debido a que antes de las llegada de los granjeros del Medio Oeste a California el trabajo de jornaleros era realizado por los emigrantes mexicanos (también retratado por Steinbeck en “Tortilla Flat”), pues me he decantado por lo siguiente:
PIZZA MEXICANA (Tipo TEX-MEX).
Ingredientes: 150 gr. carne novilla picada, salsa mexicana, base pizza, cebolla muy fina y picada, pimiento verde y pimiento rojo en tiras, beicon, maíz, mozzarela, mezcla de quesos (para quien le guste el picante, pimientos jalapeños).
Se precalienta el horno según las instrucciones de la base de pizza que tenemos.
Sobre la base de pizza, se extiende un poco de salsa mexicana, a continuación la mozzarella y sobre esto la carne picada que antes se ha pasado un poco por la sartén (sin aceite), un poco más de salsa mexicana y encima el resto de los ingredientes: los pimientos, la cebolla y el maíz. Se termina espolvoreando con la mezcla de quesos (la de 4 quesos que venden marcas conocidas está muy bien) y el beicon cortado en trozos. Se mete en el horno y cuando ya esté, se saca y sirve.
Respecto a las calorías, según el libro que utilizo, la pizza tiene 100 gr. = 240 Kcal. como término medio. No es precisamente hipocalórica, ya que va muy cargada y 100 grs. no es mucho, la verdad.
I´m a looking for a job and honest pay,
I´m going down this old dusty road,
And I ain´t gonna be treated this way”.
(“Voy a donde no soplen las tormentas de polvo,
busco un trabajo y una paga decente,
me voy por esta carretera polvorienta,
y nunca más van a tratarme de este modo”).
Respecto a Las uvas de la ira se dice que es un lamento colérico, o incluso un plañido de resonancias bíblicas, que se dirige contra el sistema social que había hecho posible las penalidades de aquellos emigrantes que lo habían perdido todo, pues muchos americanos de aquella época, igual que ocurre ahora entre nosotros, se encogían de hombros ante las injusticias terribles que sufrían los emigrantes. No es el caso de USA, desde luego, pero es bastante comprensible que a veces triunfen ciertas ideologías (aunque no se compartan, se puede entender perfectamente).
Como esto se está alargando, dejo el desarrollo tanto de “Los vagabundos de la cosecha” como de “Las uvas de la ira” para otro post (además, esta última la tengo que releer). Y aquí está, por fin.
Bueno, pues he intentado que la receta de hoy sea acorde con el post, y no es nada sencillo, finalmente y debido a que antes de las llegada de los granjeros del Medio Oeste a California el trabajo de jornaleros era realizado por los emigrantes mexicanos (también retratado por Steinbeck en “Tortilla Flat”), pues me he decantado por lo siguiente:
PIZZA MEXICANA (Tipo TEX-MEX).
Ingredientes: 150 gr. carne novilla picada, salsa mexicana, base pizza, cebolla muy fina y picada, pimiento verde y pimiento rojo en tiras, beicon, maíz, mozzarela, mezcla de quesos (para quien le guste el picante, pimientos jalapeños).
Se precalienta el horno según las instrucciones de la base de pizza que tenemos.
Sobre la base de pizza, se extiende un poco de salsa mexicana, a continuación la mozzarella y sobre esto la carne picada que antes se ha pasado un poco por la sartén (sin aceite), un poco más de salsa mexicana y encima el resto de los ingredientes: los pimientos, la cebolla y el maíz. Se termina espolvoreando con la mezcla de quesos (la de 4 quesos que venden marcas conocidas está muy bien) y el beicon cortado en trozos. Se mete en el horno y cuando ya esté, se saca y sirve.
Respecto a las calorías, según el libro que utilizo, la pizza tiene 100 gr. = 240 Kcal. como término medio. No es precisamente hipocalórica, ya que va muy cargada y 100 grs. no es mucho, la verdad.